El bruxismo dental, un término cada vez más común, es un hábito que consiste en apretar o rechinar los dientes de forma inconsciente. Aunque a menudo pasa desapercibido, el bruxismo puede tener graves consecuencias no solo para la salud dental, sino también para el bienestar general de los pequeños. En este artículo, exploraremos la relación entre el bruxismo y las cefaleas infantiles, un tema que merece más atención de la que recibe.
El bruxismo no solo puede producirse durante la noche, sino que también puede realizarse de forma involuntaria durante el día. Una consulta frecuente de los padres al acudir al odontólogo es el ruido intenso y repetido que producen sus hijos, durante el rechinamiento dentario, especialmente por la noche. Este hábito puede producir problemas dentales y neuromusculares, entre los que se incluyen: descaste dentario, enfermedad periodontal, hipertrofia de los músculos masticatorios, dolores de cabeza y trastornos temporomandibulares.
Las cefaleas en niños son bastante frecuentes y pueden tener diversas causas. Aunque en la mayoría de los casos no suelen ser graves, es importante prestarles atención, ya que algunas pueden ser el signo de un problema subyacente que necesita tratamiento. En concreto, las cefaleas tensionales es uno de los tipos de cefaleas más comunes en niños y son un síntoma derivado del bruxismo.
Origen multifactorial
El bruxismo tiene un origen multifactorial, por lo que es importante destacar que no siempre es causado por el estrés. Existen factores fisiopatológicos como los hábitos orales, trastornos temporomandibulares y maloclusiones que también pueden ser causantes del hábito.
El diagnóstico temprano del bruxismo es fundamental. Los padres deben de estar atentos a los signos que pueden incluir el rechinar de dientes durante la noche, desgastes dentarios, dolor mandibular, dolor de oídos y la aparición de dolores de cabeza. Por lo que si sospecha de esto es fundamental acudir a un odontólogo especializado que pueda realizar un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Es esencial que el odontólogo sepa diagnosticar el bruxismo en niños, eduque a los padres, conozca las posibilidades de tratamiento, prevenga sus posibles consecuencias e identifique los factores de riesgo.
Tratamiento
En cuanto al tratamiento odontológico, podemos mencionar el uso de dispositivos oclusales durante el sueño, utilizados con el fin de proteger los dientes y el sistema masticatorio, disminuir la hiperactividad del muscular y disminuir la presión intraarticular. Además, existen aparatos ortopédicos-ortodónticos utilizados en casos de anomalías dentomaxilares, como compresiones, donde se ha observado que la expansión del maxilar superior puede disminuir el bruxismo nocturno y mejorar la calidad del sueño al tratar los desórdenes respiratorios. Este tratamiento requiere de supervisión continua de un especialista, para evitar interferir con el patrón de crecimiento normal del niño.
Además del tratamiento dental es fundamentar abordar las causas subyacentes del bruxismo. El tratamiento psicológico puede ser útil para cambiar de hábitos y reducir el estrés emocional y ansiedad del niño, lo que ha demostrado ser eficaz en la disminución de los signos del bruxismo.
Educación
La educación sobre el bruxismo y las cefaleas infantiles es esencial. Muchos padres pueden no estar al tanto de la conexión entre estos dos problemas y, por tanto, pueden no buscar ayuda. Las campañas de concienciación y la información accesible pueden ayudar a desmitificar el bruxismo y a alentar a los padres a prestar atención a los síntomas que sus hijos puedan estar experimentando.

En conclusión, el bruxismo y las cefaleas infantiles son problemas que a menudo van de la mano, y es fundamental que tanto padres como profesionales de la salud estén atentos a esta relación. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden marcar una gran diferencia en la calidad de vida del niño. Adelantarse a este problema y acudir a un odontólogo especialista puede prevenir la aparición del hábito o minimizar las consecuencias antes de que estas se vuelvan irreversibles.
Autora:
Dra. María de Miguel, odontóloga y ortodoncista de Moonz Tres Cantos
