Con motivo del Día Mundial de la Disfagia, que se conmemora este jueves, 12 de diciembre, los colegios profesionales de logopedas aprovechan para poner el foco en este trastorno de la deglución de los alimentos sólidos y líquidos, que afecta al 8% de la población y que tiene graves consecuencias en la capacidad de nutrición e hidratación, el estado general de salud y la calidad de vida de las personas que la sufren.
Estos profesionales consideran necesario situar a las personas con disfagia en el centro de la intervención y ofrecerles una atención integral y de calidad. Por ello, el Colegio Profesional de Logopedas de Galicia ha elaborado un decálogo, al que se han suscrito los demás colegios españoles, que invita a reflexionar acerca de las medidas imprescindibles para conseguir este objetivo.
Asimismo animan a las Administraciones Públicas, a los profesionales y a las propias personas con disfagia y sus familiares a trabajar para la consecución de los objetivos marcados en este decálogo.
Decálogo de la disfagia
- Participación. Las personas con disfagia y su entorno directo han de participar activamente en la toma de decisiones sobre su alimentación.
- Información. Se debe proporcionar a la persona con disfagia información suficiente sobre las distintas opciones que existen para mejorar su alimentación.
- La persona con disfagia debe tener fácil acceso a productos específicos necesarios para adaptar sus alimentos.
- Adaptación de fármacos. La persona con disfagia tiene derecho a poder adaptar sus fármacos para una ingesta más segura, por lo que urge informar a los profesionales sanitarios sobre este aspecto.
- Diagnóstico. La persona con disfagia debe recibir una evaluación adecuada de su deglución incluyendo el uso de técnicas instrumentales.
- Globalidad en la intervención. La intervención en la persona con disfagia debe contemplar tanto medidas compensatorias como rehabilitadoras e implicar a todos los profesionales necesarios (nutricionistas, facultativos, logopedas…).
- La persona con disfagia debe contar con un seguimiento periódico especializado que permita controlar y revisar las medidas y tratamientos implementados.
- La persona con disfagia debe contar con apoyo especializado independientemente del momento del ciclo vital (neonatos, infancia, vida adulta, vejez) y del lugar en el que se encuentre (domicilio familiar, comedor escolar, residencias geriátricas, hospitales, centros de día…).
- Investigación. Se debe estimular que todos los profesionales implicados en el abordaje de la disfagia asuman un lenguaje común y puedan desarrollar investigaciones en este ámbito.
- Difusión. Es importante que la sociedad tenga mayor conocimiento de la disfagia y favorecer una mayor participación social de las personas con disfagia.