Es habitual escuchar a alguien quejarse de dolor de espalda. Las horas que pasamos sentados frente a las pantallas o en malas posturas hacen que este tipo de dolencias afecte cada vez a más empleados tanto que desarrollan la mayor parte de su día presionando las teclas del ordenador o en trabajos más físicos. Pero, ¿perjudica esto solo a la gente mayor?

Desgraciadamente, esta molestia se ha ido extendiendo, abarcando tanto a jóvenes como a los trabajadores más veteranos. Los datos que quedaron reflejados en el estudio que se ha realizado en Alan son más que alarmantes. Alejado de cualquier convicción popular, el dolor de espalda no es un tema que vaya de la mano de la edad, sino que el 80% de los empleados menores de 35 años manifiesta sufrir esta afección, hecho que destierra la idea del incremento de las dolencias por el paso de los años.

Cabe mencionar que nueve de cada diez trabajadores en España tienen dolor de espalda, y un 60% de ellos lo padece de forma frecuente. ¿Qué estamos haciendo mal para tener estos resultados tan altos y preocupantes? Las malas posturas, la falta de descanso entre horas, la inexistencia de ejecución de ejercicios de movilidad… Todas estas cuestiones son factores que inciden de forma directa en el dolor de espalda, y evitarlas es más fácil de lo que parece.

Este asunto está tan arraigado entre los empleados que parece ser asumido como algo natural, y nada más lejos de la realidad. Es una gran complicación que atañe sin rodeos a las plantillas de las compañías y a los propios empresarios, ya que, a más dolor de espalda, menor concentración y productividad de los trabajadores. No es solo el hecho de sentir una molestia, sino las complicaciones que estas pueden derivar, acaparando incluso a la fluidez mental para desarrollar los objetivos establecidos dentro de la jornada laboral.

Disminución de productividad

Un hecho que ha quedado patente en este estudio es que tres de cada cuatro empleados intentan continuar trabajando a pesar del dolor. No obstante, la mitad de los trabajadores experimenta una disminución en su rendimiento cognitivo, encontrándose con dificultades para concentrarse, para tomar decisiones y para participar de forma activa en reuniones. Y no es de extrañar, ya que llevar a cabo una tarea que requiere atención constante cuando uno se siente mal continuamente, es algo utópico.

Desarrollando esta idea, el estudio realizado por Alan también muestra que el 40% de los trabajadores pierde hasta cuatro horas de trabajo a la semana por el dolor de espalda, subrayando que el 60% ha necesitado solicitar algún día de baja a consecuencia de esta cuestión, y un 25% precisó de tres o más días. Es una situación que puede volverse insostenible tanto para los empleados como para los empresarios, siendo un problema con altas probabilidades de desembocar en futuras complicaciones si no se ataja a tiempo.

Pérdidas económicas

Con todos estos datos sobre la mesa, estimamos que las empresas pierden 2.000 euros por empleado al año debido al dolor de espalda. Además de las consecuencias que el dolor de espalda genera en los equipos, este es un gasto que a menudo no se tiene en cuenta. Es como un ladrón silencioso del que nos percatamos demasiado tarde.

Los resultados del informe nos hicieron replantearnos si las dinámicas adoptadas tanto en los trabajos presenciales como en modelos híbridos, en los que pasamos mucho tiempo en la misma postura o con material de trabajo inadecuado (sillas, mesas, pantallas…), aumentan estas dolencias o son las causantes. Lo que sí queda comprobado es que el dolor de espalda afecta tanto a trabajos más físicos, como a empleados de oficina, que en multitud de ocasiones se tildan de privilegiados por sus condiciones laborales, sin tener en cuenta la carga física y mental que estos llevan intrínsecos.

Soluciones reales

Todo esto me hace estar más convencida de la dirección que cada vez más empresas están tomando para resolver estas dolencias. Y es que, ¿existe alguna solución para convertir este problema generalizado en una oportunidad para mejorar y conseguir incrementar la satisfacción de los trabajadores y, por supuesto, su calidad de vida? La respuesta de los empleados ante esta cuestión es más que positiva, ya que el 70% de ellos está abierto a soluciones digitales para gestionar y aliviar el dolor de espalda, demostrando una clara disposición a adoptar nuevas herramientas y tecnologías como las que ofrece Alan.

Ahora, que ya tenemos localizado el foco del problema, y las personas que padecen este sufrimiento están dispuestas a poner todo de su parte para conseguir solucionar esta dolencia que atañe a la productividad laboral, el siguiente paso es poner a su disposición soluciones reales que ayuden a atajar y prevenir el problema. Porque una cosa está más que clara: la calidad del trabajo final ofrecido por las compañías siempre estará ligada al bienestar y a la satisfacción laboral de los trabajadores.

Autora:

Cristina Pérez de Lope, Marketing Lead de Alan España

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