La Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA) y las 47 asociaciones federadas, ante esta pandemia del COVID-19, queremos agradecer el trabajo de todo el personal sanitario y de todas aquellas personas que desde diferentes ámbitos hacen posible mantener las actividades esenciales.

Las mujeres-pacientes con cáncer de mama siempre hemos sentido a nuestros profesionales sanitarios como los mejores aliados y siempre hemos sido conscientes de su profesionalidad. En estos momentos de dificultades añadidas para todos queremos hacer público nuestro agradecimiento.

Queremos hacer llegar nuestro agradecimiento a tantos colectivos que, con un esfuerzo que va más allá de lo que exige su deber, están garantizando nuestra convivencia.

Esta crisis sanitaria ha puesto a prueba a nuestro Sistema Nacional de Salud y hemos visto su positiva respuesta haciendo frente a carencias y adversidades. Hemos reconocido el enorme valor de nuestro sistema público de salud y nosotras, las mujeres-pacientes de cáncer de mama seguiremos defendiendo la sanidad pública y agradeciendo a todos los profesionales su generosidad, humanismo y capacidad de trabajo frente a una crisis de gravedad y dimensiones desconocidas.

Cuando superemos esta crisis seguramente será un buen momento para que todos reflexionemos sobre la necesidad de un Pacto por la Sanidad que fortalezca nuestro Sistema Nacional de Salud, que mejoren las políticas de prevención y atención primaria, que profundice en las necesidades asistenciales de los enfermos crónicos sin que ello suponga detrimento alguno de la atención de los agudos, que fomente la investigación y la formación de los profesionales sanitarios y que dedique mayor atención a las personas mayores y dependientes.

La Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA) y las 47 Asociaciones federadas apoyaremos ese Pacto por la Sanidad.

Esta crisis también nos ha demostrado nuestra vulnerabilidad y nos ha convocado como sociedad a valorar la corresponsabilidad, el cuidado y el mantenimiento de hábitos de vida saludables.

Desde el recuerdo solidario a quienes se han ido por esta epidemia y desde el afecto a sus familias y amistades, estamos obligados todos los hombres y todas las mujeres a mantener el esfuerzo cívico que nos permita evitar las causas de la expansión de la epidemia y, desde el esfuerzo y la ilusión compartida, tendremos la certeza de que, más pronto que tarde, superaremos esta pesadilla.