Artículo del presidente de ALCER sobre la importancia de prevenir la enfermedad renal crónica
Diagnóstico versus Sostenibilidad Social
Hace 40 años, cuando los enfermos renales deciden organizarse en torno a la primera Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales (ALCER), dos fueron sus grandes preocupaciones: en primer lugar que todos los enfermos renales, independientemente de su lugar de residencia, tuvieran acceso a un tratamiento de diálisis que en la época solo existía en las grandes ciudades, y en segundo lugar que el trasplante se convirtiera en una alternativa a la diálisis.
Afortunadamente, 40 años después, estas expectativas se cumplieron plenamente y hoy en día los enfermos renales tienen garantizado el acceso universal y gratuito al tratamiento de diálisis sin tiempos de espera y nuestro Sistema Nacional de Donación y Trasplante es referente mundial e imitado por otros muchos países. La excelente labor realizada por el doctor Matesanz y su equipo desde la creación de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ha posibilitado que España sea el país del mundo donde sus habitantes tengan las mayores oportunidades de recibir un trasplante.
Problema de salud pública
Pero, desgraciadamente, la Enfermedad Renal Crónica es una patología que no tiene cura y hoy sabemos que es un auténtico problema de salud pública mundial que afecta aproximadamente al 10% de la población, habiéndose convertido en la causa no transmisible de muerte que más ha aumentado en el mundo en los últimos 20 años.
En nuestro país se estima que más de cuatro millones de personas están afectados por una enfermedad renal, pero el 25% de ellas lo desconoce. Esto es debido a que es una enfermedad que se desarrolla lentamente, que inicialmente pasa desapercibida y que no suele presentar ningún síntoma hasta etapas avanzadas, cuando las soluciones (la diálisis o el trasplante) ya son altamente invasivas y costosas.
Actualmente hay en España 27.700 personas en diálisis y 32.400 trasplantados, y cada año se diagnostican 5.000 nuevos casos. Por otro lado, anualmente fallecen en España 4.000 personas en tratamiento de diálisis y, aunque se realizan cada año alrededor de 3.000 trasplantes renales, no debemos de olvidar que la diálisis y los trasplantes son el resultado del fracaso de nuestro Sistema Nacional de Salud en su obligación de prevenir la enfermedad.
Son necesarias políticas públicas que sirvan para prevenir la Enfermedad Renal Crónica, fomentando estilos de vida saludable en la población (evitando tabaquismo, abuso del alcohol, dietas no saludables y vida sedentaria), y controlando la diabetes y la hipertensión, principales factores de riesgo de la enfermedad renal crónica.
Diagnóstico precoz
Es importante recordar que el enfermo renal no diagnosticado tiene el doble de riesgo de fallecer que el que tiene otra persona con la misma edad y sexo, por ello es necesario abordar el diagnostico precoz de esta enfermedad. Para ello es imprescindible involucrar a los profesionales de la atención primaria. Es preciso formar a estos profesionales con el fin de evitar la automedicación, la prescripción de fármacos nefrotóxicos (el ibuprofeno, uno de los fármacos estrella en nuestro país) o minimizar el uso de contrastes radiológicos. Si estos profesionales incluyeran los niveles de albumina en orina cuando solicitan las analíticas a las personas que pasan por sus consultas ayudarían a prevenir, según todos los estudios, la Insuficiencia Renal Crónica.
Afortunadamente, aunque la enfermedad es incurable, nuestros profesionales disponen de los conocimientos suficientes para retrasar y en algunos casos evitar la entrada en Tratamiento Renal Sustitutivo, si se ha diagnosticado a tiempo la enfermedad.
Parece también incongruente que en la época de la información y digitalización carezcamos en nuestro país de un registro estatal y público sobre la enfermedad renal crónica.
Por otro lado, el diagnóstico de la enfermedad renal produce en la persona afectada un elevado coste emocional y social, debido fundamentalmente a la pérdida de su calidad de vida, al empeoramiento de su vida familiar, social y económica, por la posible pérdida de su puesto de trabajo.
Depresión y ansiedad
A estas circunstancias hay que añadir los elevados índices de depresión y ansiedad que afectan a los enfermos renales en Tratamiento Renal Sustitutivo. A todo ello se suma el alto coste económico que este tratamiento supone para el Sistema Nacional de Salud, estimándose entre un 2,5% y el 3% de su presupuesto. Dos motivos más para apostar por la prevención y detección precoz de la enfermedad.
Todos los puntos enumerados están incluidos en el Documento Marco de Abordaje de la Enfermedad Renal Crónica que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud aprobó en marzo de 2015. Este texto se elaboró con el consenso entre nueve sociedades científicas, representantes del Ministerio de Sanidad, de las comunidades autónomas, la Agencia Española del Medicamento, la Organización Nacional de Trasplantes y de las asociaciones de pacientes representadas por la Federación Nacional de Asociaciones ALCER.
Desgraciadamente, solo tres comunidades han decidido implantar parcialmente esta herramienta. Desde ALCER consideramos necesario que tanto las administraciones autonómicas, en su condición de gestoras del servicio de salud en sus territorios, como el propio Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, garante constitucional de la salud de los ciudadanos, asuman sus responsabilidades: las comunidades dando traslado de este documento de consenso, aprobado por todos, a sus territorios; y el Ministerio estableciendo un sistema de seguimiento, evaluación y actualización de su proceso de implantación.
Nuestros administradores deben considerar que la sanidad es una inversión en la calidad de vida de sus conciudadanos y que invertir en prevención y especialmente en atención primaria ahorrará muchos millones de euros al sistema y al mismo tiempo evitará mucho sufrimiento a quienes padecen esta enfermedad crónica.
Para finalizar, nuestro Sistema Nacional de Salud ha sido, y así tiene que seguir siendo, un extraordinario instrumento de cohesión social que debe garantizar las mismas oportunidades a todos los ciudadanos independiente de su lugar de residencia, por lo que consideramos que la desigual implantación del Documento Marco sobre la Enfermedad Renal Crónica es un error que no debe producirse, como ya ocurrió con el Documento de Abordaje de la Cronicidad en el SNS.