Según un estudio realizado por la Fundación Alzheimer España
El 99% de los pacientes con Alzheimer padece apatía
La apatía afecta al 99% de los pacientes con enfermedad de Alzheimer. Así lo han constatado los resultados del estudio TRACA, realizado por la Fundación Alzheimer España (FAE), miembro activo de Somos Pacientes, con la participación de 1.200 cuidadores.
La apatía, según explica el Dr. Jack Selmes, secretario general de la FAE, «es un cambio en la conducta basado en la desaparición de la motivación para realizar actividades que antes daban cierto gozo a la personas. Provoca que el enfermo se ensimisme y sienta indiferencia. Casi no responde a las preguntas, no se mueve».
Y como muestra el estudio ahora presentado, se trata de un trastorno más frecuente de lo que aseguran las investigaciones médicas. De hecho, y junto con la depresión, que caracterizada por los llantos y las ideas de suicidio afecta a un 86% de los pacientes, la apatía se corresponde con uno de los trastornos más comunes en los enfermos con Alzheimer.
Aparición temprana
«El momento de la aparición de la apatía es temprano y, según progresa la enfermedad, el trastorno se agrava –indica el Dr. Selmes–. Podría decirse que para el cuidador es positivo, porque el familiar no llora y no se agita. Sin embargo es difícil de afrontar porque supone que su ser querido ya es diferente. Es otra persona”.
En total, los pacientes con Alzheimer padecen hasta 13 trastornos distintos, «algunos ciertamente estresantes, caso de la irritabilidad o de la agresividad«, recuerda el secretario general de la FAE.
La apatía y la depresión comparten numerosas semejanzas, razón por la que no resulta fácil alcanzar un diagnóstico. Sin embargo, su diferenciación resulta importante dado que para la depresión existen medicamentos. No tanto así para el tratamiento de la apatía, para la que las terapias farmacológicas ofrecen apenas un 30% de respuesta.
Centros de día
Así, resulta recomendable que los pacientes afectados por apatía, además de recibir psicoestimulación –que permite mejorar ciertas capacidades que todavía persisten en el enfermo–, utilicen los centros de día, una medida positiva porque se produce una resocialización con los otros usuarios y con el equipo del centro. «Hay pacientes que están apáticos en casa y no quieren hablar, pero que en el centro de día realizan actividades y gozan de ellas», explica el Dr. Selmes.
Por el contrario, la hiperestimulación puede resultar contraproducente, cuando no peligrosa. «Es peligroso hiperestimular al enfermo planteándole preguntas cada tres o cuatro minutos o pidiéndole hacer varias actividades. Si el paciente está saturado, éste es como una red eléctrica con un consumo muy importante: puede producirse un apagón», alerta este experto.
– A día de hoy, 223 asociaciones de pacientes dedicadas a la enfermedad de Alzheimer ya son miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?