Es imprescindible que las asociaciones de pacientes puedan participar en la reforma
La Ley de Dependencia no se adapta a la realidad de las demencias, especialmente la del Alzheimer
El baremo de evaluación de la Ley de Dependencia «no se adapta a la realidad de las demencias, y muy especialmente a la enfermedad de Alzheimer«, ha señalado Blanca Clavijo, presidenta de AFALcontigo, miembro de Somos Pacientes, durante su intervención en el simposio ‘Una Visión en 3D (Dolor, Demencias y Dependencia)’, celebrado en el 54 Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
La experta ha abordado la dependencia desde un punto de vista jurídico, intentando matizar «una serie de conceptos que suelen confundirse», explica. «Al contrario de lo que se pudiera pensar, las primeras fases de las demencias requieren mucha más atención que las avanzadas».
Demasiado compleja
De la Ley de Dependencia ha dicho que «no está bien planteada, ya que depende de tres niveles administrativos diferentes (ayuntamientos, autonomías y Gobierno central) y cuenta con una estructura demasiado compleja». También «se ha generado cierta confusión entre la población en relación con su aplicación», añade.
En definitiva, la presidenta de AFALcontigo cree que hay que ir más allá en la coordinación sociosanitaria y que se debe reformar la normativa para que se pueda conseguir su pleno desarrollo, siendo imprescindible que los colectivos de afectados puedan aportar su conocimiento y exponer y defender sus argumentos en el proceso de reforma. El baremo de evaluación y el copago son algunos de los aspectos en los que se plantean cambios.
Dolor, una constante más
Por su parte, el doctor Javier Gómez Pavón, del Hospital Cruz Roja (Madrid), ha hablado sobre ‘Anciano y Dolor’. Durante su intervención, el experto ha destacado la importancia de una correcta detección, valoración y tratamiento del dolor en las personas mayores. «Este problema constituye una verdadera epidemia tanto en la comunidad como en hospitales y residencias», afirma.
Concretamente, el dolor afecta a más del 40% de la población anciana de nuestro país, y a cerca del 50% y 60% de nuestros mayores en el medio hospitalario y residencial respectivamente. Además, hasta el 60% de los casos no están correctamente tratados. Por todo esto, «uno de los principales retos es la formación específica geriátrica del dolor de todos los profesionales sanitarios que atienden a las personas mayores en los diferentes ámbitos asistenciales (atención primaria, hospitales y residencias fundamentalmente)», comenta. Paralelamente, «hay que considerar al dolor como una constante más y, por lo tanto, evaluarla y actuar sobre ella si es necesario».