La buena salud cognitiva es clave para un correcto cumplimiento terapéutico
La mitad de los pacientes con VIH en tratamiento sufre problemas cognitivos
En torno a la mitad de los pacientes con VIH/sida que reciben tratamiento antirretroviral padecen pérdidas de memoria o problemas de concentración que interfieren con su vida diaria. Así lo muestra un estudio desarrollado por la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA), miembro de Somos Pacientes, la Fundación Lucha contra el Sida (FLS) y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y publicado en la revista ‘Medicina Clínica’.
En palabras de la doctora María José Fuster, co-coordinadora del estudio, “una buena salud cognitiva contribuye de forma positiva al control de la enfermedad; sin embargo, la aparición de alteraciones cognitivas se relaciona con una peor calidad de vida, mayor existencia de síntomas depresión o una adherencia al tratamiento antirretroviral incorrecta”.
De hecho, es bien conocido que las personas que refieren ‘quejas cognitivas‘ suelen tener una peor salud psicológica y calidad de vida, así como un peor estado inmunológico.
Mejorar el estado de ánimo
Para llevar a cabo el estudio, 791 pacientes españoles en tratamiento antirretroviral cumplimentaron un cuestionario en el que, además de sus variables clínicas y demográficas, registraron sus quejas cognitivas, su estado emocional y su valoración sobre su calidad de vida.
Los resultados mostraron que más de un 50% de los pacientes referían quejas cognitivas. Y como explica José Antonio Muñoz-Moreno, de la FLS, “aquellas personas con peor estado psicológico, mayor edad, que no mantienen una relación sentimental y con peor nivel educativo, son las más propensas a presentar quejas”.
¿Causa o consecuencia?
El problema es que, si bien las quejas se relacionan con una peor salud psicológica y calidad de vida, así como con un peor estado inmunológico y virológico, “es complicado determinar cuál es la causa y cuál la consecuencia, pues se trata de relaciones bidireccionales; por lo tanto, resulta difícil identificar si la alteración cognitiva es causa o consecuencia del efecto de vivir con el VIH”, destaca Muñoz-Moreno.
Sea como fuere, indican los autores, “la intervención psicológica es básica para la mejora anímica pues, dado que la queja cognitiva se relaciona con la depresión, debemos pensar que es fundamental intervenir en el estado de ánimo para su mejora”. Y asimismo, “dado que no existe tratamiento para estas quejas, los profesionales médicos deben estar alerta para, así, poder predecir con antelación posibles comorbilidades asociadas al VIH”, concluye la doctora Fuster.
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