Cada año nacen en Cataluña 600 niños con una cardiopatía congénita, ya sea un problema estructural de corazón (en las cavidades o de las válvulas cardíacas, por ejemplo) o de grandes vasos del tórax. En el 30% de los casos, se trata de una cardiopatía grave. Gracias a los avances de las últimas décadas, un 95% de estos niños llegan a la edad adulta, pero lo hacen con necesidades muy específicas. En este contexto, el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona y el Hospital Clínic Barcelona han creado un centro de cardiopatías congénitas para ofrecer una atención conjunta y, durante todas las etapas de la vida, a los niños que nacen con una malformación en el corazón.
El Centro de Cardiopatías Congénitas de Barcelona nace con el objetivo de que sea el propio equipo de profesionales el que les atienda y trate a lo largo de toda la vida, ya que el éxito en el manejo del paciente con enfermedad cardiovascular se basa en la asistencia multidisciplinar de alta calidad y en una estrategia de seguimiento a largo plazo que asegure su continuidad durante la vida adulta. Por eso, contar con un centro especializado, integrado y con visión transversal es clave para mejorar la calidad en la asistencia de estos pacientes.
El nuevo centro tendrá dos sedes, una en el Hospital Sant Joan de Déu Barcelona y otra en el Hospital Clínic Barcelona, que, en conjunto, ofrecerán una cartera de servicios completa y complementaria, y que dispondrá de un equipo integrado por un equipo de 23 profesionales que incluye a cirujanos cardiovasculares, cardiólogos, pediatras y anestesiólogos.
Primeras cirugías cardíacas mínimamente invasivas en niños en España
La creación de este centro fruto de la alianza entre Sant Joan de Déu y el Clínic Barcelona permitirá, además, extender a la población infantil técnicas quirúrgicas que, hasta ahora, no se aplicaban en el ámbito de la cirugía cardíaca pediátrica, pero estaban ya implantadas en la de adultos, como es el caso de las cirugías mínimamente invasivas toracoscópicas y robóticas.
Hasta ahora, los niños y jóvenes afectados de cardiopatías congénitas que debían pasar por quirófano eran intervenidos mediante cirugía abierta, lo que alargaba el período postoperatorio y recuperación del paciente, además de causarles un mayor perjuicio estético.
El nuevo centro de cardiopatías congénitas ya ha llevado a cabo cinco intervenciones de este tipo en niños. En tres casos, los profesionales han optado por una cirugía toracoscópica, que consiste en realizar unas pequeñas incisiones en el tórax del niño para introducir un dispositivo con una cámara de vídeo, que les permita ver la zona quirúrgica, y los utensilios necesarios para llevar la intervención. La primera niña operada mediante esta técnica presentaba un tumor en el corazón que había que resecar. La paciente de menor edad así operada hasta ahora en el centro ha sido una paciente de 6 años.
Primer caso de cirugía robótica en niños
En otros dos casos, los profesionales han optado por la cirugía cardíaca robótica. La primera paciente pediátrica intervenida con la ayuda de un robot ha sido una chica de 13 años y vecina del País Vasco que presentaba una comunicación interauricular congénita del tipo ostium primum (tenía las dos aurículas conectadas) y un defecto en la válvula mitral. Estas malformaciones le provocaban una circulación anómala de la sangre en el corazón y un desequilibrio que sobrecargaba la banda derecha del corazón y, a largo plazo, le causaba insuficiencia cardíaca.
En el caso de esta paciente, además, la patología se veía agravada por una escoliosis muy acentuada que dificultaba el acceso al corazón. Por eso, los cirujanos cardíacos optaron por utilizar un robot quirúrgico que, a través de cuatro pequeñas incisiones en el tórax de la paciente (de 8 milímetros de diámetro cada una), les permitió introducir una cámara en el corazón para ver la zona quirúrgica y los utensilios necesarios para realizar la intervención. De este modo, un equipo médico del Centro de Cardiopatías Congénitas logró cerrar, por un lado, la conexión entre las dos aurículas y, por otro, reparar la válvula mitral dañada. La intervención, que tuvo lugar en noviembre, duró cuatro horas e intervinieron una decena de profesionales.
El segundo paciente intervenido mediante cirugía cardíaca robótica es un joven de 15 años que hace meses fue tratado de una comunicación interauricular mediante cateterismo y presentado una infección del dispositivo de cierre (endocarditis).
El director del centro, Daniel Pereda, explica que, en el caso de los niños, la cirugía robótica está limitada al tamaño y la edad de los pacientes porque los utensilios quirúrgicos se han ideado y diseñado a medida de los adultos. Por eso, ahora los cirujanos se plantean esta opción solo en los niños mayores y adolescentes. Los principales pacientes candidatos a someterse a una intervención de este tipo son los que sufren las siguientes patologías: comunicaciones interauriculares (siempre que no puedan resolverse con un cateterismo), problemas en las válvulas mitral o tricúspide o tumores cardíacos. La previsión es operar mediante cirugía robótica mínimamente invasiva a una docena de pacientes cada año y empezar con una actividad anual de 20 cirugías toracoscópicas.