La incidencia de la cardiopatía isquémica se reduce a menos de la mitad en tres décadas
Descenso de la mortalidad por enfermedad cardiovascular en Europa desde 1980
La tasa de mortalidad de las enfermedades cardiovasculares se ha reducido en la mayoría de los países de la Unión Europea. Una tendencia iniciada en 1980 y observada tanto en ambos géneros como en distintos segmentos poblacionales, fundamentalmente entre los más jóvenes, que, sin embargo y en el caso específico de la cardiopatía isquémica, no puede atribuirse a la disminución del número de fumadores. Así se observa en un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y publicado en la revista European Heart Journal.
Sea como fuere, las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la primera causa de mortalidad en Europa, razón por la que, como apunta la doctora Melanie Nichols, investigadora principal del estudio, “es importante que sigamos centrando los esfuerzos en la prevención primaria de estas enfermedades, incluyendo la reducción del tabaquismo, la mejora de la dieta y el incremento de la actividad física”.
Disminución desigual según el país
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores evaluaron las tasas de mortalidad de la cardiopatía isquémica en ambos géneros y distintos grupos de edad –menores de 45 años; personas con edades entre los 45 y los 54 años; entre los 55 y los 64 años; y mayores de 64 años– entre los años 1980 y 2009.
Los resultados, destacan los autores, “mostraron que las tasas de cardiopatía isquémica de años recientes son incluso menos de la mitad de las observadas en los primeros años de la década de los ochenta. Una tendencia que se observa en todos los grupos de edad pero que, por lo que respecta al índice de mortalidad asociado a la enfermedad, difiere significativamente entre los distintos países”.
Concretamente, los mayores descensos en las tasas de mortalidad en ambos sexos se localizaron en Dinamarca, Malta, Países Bajos, Suecia y Reino Unido. Por el contrario, las diminuciones observadas en las poblaciones masculinas de Hungría, Letonia, Lituania y Polonia no resultaron estadísticamente significativas, una situación que también se observó para las poblaciones femeninas de Grecia, Hungría, Lituania, Polonia, Rumania y Eslovaquia. Además, la mortalidad creció de manera notable en el caso de los varones de Rumanía.
En este contexto, los autores señalan que el aumento de los factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, caso del tabaquismo, la obesidad y la diabetes, todavía podría tener un impacto en las tasas de mortalidad en los próximos años. Sin embargo, “este efecto no está todavía claro y es posible que todavía haya tiempo para corregirlo por medio de la implantación de políticas de salud pública que influyan sobre estos factores de riesgo”, destacan los autores.
Y es que las evidencias del estudio muestran que “si bien en un número limitado de países, la tendencia decreciente de la mortalidad por las enfermedades cardiovasculares podría perder fuerza, incluso en los grupos con edades más jóvenes, por el incremento de la incidencia de la obesidad y la diabetes”, concluyen los autores.
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