Vivir solo o en una residencia es un factor de riesgo para una mala nutrición
El 80% de la población española mayor de 65 años padece sobrepeso u obesidad
En torno al 80% de la población española mayor de 65 años padece sobrepeso u obesidad. Como ha explicado la Dra. Cristina Alonso, del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Getafe (Madrid), en el marco de la V Reunión Nacional de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG), celebrada en Toledo, «de mantenerse los índices actuales de obesidad podemos estar hablando de un grave problema de salud pública«.
El origen de este problema se encuentra en el desequilibrio entre la alimentación y la actividad física. Y es que, como apunta la Dra. Alonso, «los hábitos de vida actuales, con dietas hipercalóricas de alto contenido en grasas, combinado con una vida sedentaria, han hecho aumentar los casos de sobrepeso y obesidad».
En consecuencia, y en aras de paliar esta situación, se debe promover entre la población mayor de nuestro país el mantenimiento de una buena conducta alimentaria y de un nivel adecuado de actividad física y de ejercicio. «Para mantener la composición corporal adecuada –recuerda la Dra. Alonso– hay que realizar una ingesta adecuada con un equilibrio entre los nutrientes que se toman y los que se gastan en la actividad diaria y física. El problema es que esta balanza no suele estar equilibrada y se tiende al aumento de la grasa y el peso».
Menor nivel cultural
También hay que tener en cuenta la relación existente entre la educación y el tipo de alimentación. Tal y como muestran los estudios, los casos de sobrepeso se triplican en las personas con menor nivel cultural. «De igual forma se ha observado que los mayores que viven con sus familias llevan una alimentación más adecuada. De hecho, estar ‘institucionalizado’ o vivir solo constituyen factores de riesgo para una mala nutrición», explica la Dra. Alonso.
En general, los especialistas en geriatría consideran que la dieta de la población mayor debe asemejarse, cuanto sea posible, a la mediterránea. «Así, debe incorporar proteínas como carnes, pescados, legumbres, frutos secos, vegetales y verduras. Estos últimos suelen estar ausentes en las comidas de los mayores, resultando más frecuentes las grasas y los hidratos de carbono«, concluye la especialista.