Cuarto factor de riesgo de mortalidad global tras la HTA, el tabaco y el azúcar en sangre
El sedentarismo causa cada año la muerte de 3,2 millones de personas
La falta de actividad física –o lo que es lo mismo, el sedentarismo– constituye ya en la actualidad el cuarto factor de riesgo de mortalidad global. De hecho, y según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inactividad física es responsable cada año de cerca de 3,2 millones de fallecimientos en todo el planeta (el 6% del total de decesos), únicamente superada por la hipertensión arterial (13%), el tabaco (9%) o los niveles elevados de azúcar en sangre (6%).
Es más; como alerta la OMS, “el sedentarismo está aumentando en numerosos países, aumentando así la carga de las enfermedades no transmisibles y afectando a la salud general en todo el mundo. Y es que comparadas con aquellas que practican cuando menos 30 minutos de ejercicio diario la mayoría de los días de la semana, las personas que no son suficientemente activas tienen un riesgo de mortalidad un 20-30% superior”.
Así, y entre otras enfermedades asociadas a la falta de actividad física, la OMS recuerda que el sedentarismo causa “el 21-25% de los tumores de mama y colorrectales; el 27% de los casos de diabetes; y el 30% de la cardiopatía isquémica”.
Cada vez más inactivos
Según los datos de la OMS del año 2008, en torno a un 31% de la población mayor de 15 años de todo el mundo –un 28% de los varones y un 34% de las mujeres– no practicaba suficiente ejercicio. Una situación, además, que resultaba más acusada en los países más ricos, en los que las tasas de sedentarismo eran de un 41% para los hombres y de un 48% para las mujeres.
Y para paliar esta situación, los estados miembros de la Organización acordaron la adopción de medidas –caso del fomento de la actividad física en los entornos educativo y laboral, o la mejora en el acceso a medios de transporte más activos, como la bicicleta– para reducir en 10% la tasa de sedentarismo en 2025.
Sin embargo, lamenta la OMS, “a día de hoy, solo el 80% de los países han desarrollado políticas y planes de actuación para cumplir el objetivo. Y de los mismos, únicamente un 56% los ha puesto en marcha”.