Por la colaboración internacional
Este viernes se celebra el Día Internacional de los Ensayos Clínicos
Este viernes, 20 de mayo, se celebra el Día Internacional de los Ensayos Clínicos, una efeméride impulsada desde el año 2005 por la Red Europea de Infraestructuras en Investigación Clínica (ECRIN) para conmemorar la realización del considerado como primer ensayo clínico de la historia: el llevado a cabo por el doctor escocés James Lind en el año1747 para identificar la ausencia de vitamina C como la causa del escorbuto que afectaba a los marineros de la Armada Británica.
Concretamente, este Día Internacional tiene por objetivo, como recuerda la ECRIN, “constituir un punto de encuentro internacional para el desarrollo de sesiones informativas, debates, reuniones y celebraciones sobre la investigación clínica”.
Y para ello, la ECRIN aúna los actos de celebración de este Día Internacional en una única ciudad, siendo la elegida para la presente edición la ciudad de Praga (República Checa).
Colaboración internacional
Los ensayos clínicos constituyen un paso esencial para la evaluación de la eficacia y seguridad de los tratamientos innovadores, la investigación de nuevas indicaciones para fármacos ya autorizados y la comparación de la seguridad y eficacia de estrategias terapéuticas ya aprobadas por las agencias reguladoras.
Y en este contexto, la ECRIN quiere destacar en esta edición del Día de los Ensayos Clínicos la importancia de la colaboración internacional en la investigación clínica, pues “maximiza el acceso de los pacientes y acelera los resultados. Además, permite compartir la experiencia médica y científica, así como las herramientas, los procedimientos y los costes; aumenta la aplicabilidad de los hallazgos; y reduce las duplicaciones”.
Todo ello sin olvidar, como recuerda la Red, “que la evidencia derivada de los estudios internacionales puede optimizar el uso de los recursos y mejorar el cuidado de los pacientes a través de las fronteras”.
Sin embargo, y a pesar de todas estas ventajas, únicamente un 3% de los estudios que se llevan a cabo por las universidades y un 30% de los ensayos clínicos de las compañías farmacéuticas tienen un carácter multinacional. Como refiere la ECRIN, “entre las barreras comunes para la colaboración internacional se encuentran las divergencias legales, regulatorias y éticas entre los países, así como los aspectos lingüísticos y administrativos”.
El resultado es que, ante estas dificultades, los investigadores optan en ocasiones por llevar a cabo los ensayos clínicos en un único centro o en múltiples centros dentro de un mismo país. Una situación que, como lamenta la ECRIN, “limita el alcance de la investigación y reduce su impacto potencial sobre la salud pública mundial”.