Humanización de los cuidados neonatales
El abrazo de los padres, base del éxito en la recuperación de los niños hospitalizados
La primera consecuencia del nacimiento de un bebé neonato es un ingreso hospitalario muy prolongado, lo que puede ser motivo de disfunciones familiares derivadas del estrés y la ansiedad. Las familias viven una etapa especialmente difícil, donde es determinante el establecimiento del vínculo afectivo con su hijo. En este sentido, las políticas de puertas abiertas son esenciales al permitir la permanencia de los padres junto a sus hijos durante periodos de tiempo prolongados y así poder colaborar en su crianza. Sin embargo, algunos hospitales han ido un paso más allá fomentando de la participación activa de la familia en el cuidado del niño, es decir, los padres y cuidadores reciben capacitación para proporcionar cuidados básicos al niño y participar en la toma de decisiones relacionadas con su atención médica. Es el caso del Hospital Universitario La Paz-IdiPAZ.
En 2018, incorporó un modelo asistencial pionero en el Servicio de Neonatología. Es el modelo asistencial Family Integrated Care (FICare), que supone un cambio de paradigma en la forma de proporcionar cuidado al recién nacido que necesita atención altamente especializada. FICare promueve la participación activa de los padres como cuidadores de su bebé, mientras el personal sanitario actúa como facilitador del proceso, educando y formando a los familiares para poder participar activamente de los cuidados y en la toma de decisiones médicas. El modelo se basa en un programa estructurado de formación que les va a permitir asumir el rol que les corresponde como padres a través del empoderamiento derivado del conocimiento.
«Los cuidados integrados en la familia son un cambio y un avance en la humanización de la asistencia sanitaria. Suponen un cambio en el paradigma de los cuidados de los recién nacidos porque hacemos partícipes a los padres de esos cuidados, les apoyamos y les guiamos en ellos; van a acabar siendo parte del equipo y es una manera de devolverles el rol que tienen ellos como padres. Y estamos muy orgullosos de haber sido una unidad que ha demostrado que estos cuidados integrados en la familia se pueden realizar en una unidad de nivel 3C compleja como es la de la Paz», explica Marta Cabrera, médico adjunto al Servicio de Neonatología.
Hasta finales de 2023, los resultados observados en cerca de 200 recién nacidos de alto riesgo, que han participado en un estudio piloto, muestran una mayor tasa de lactancia materna al alta (85% frente al 15%), menor infección hospitalaria (34% frente 53%), menor estancia hospitalaria en cuidados intermedios con una reducción de entre dos y diez días y menor frecuentación de Urgencias en los primeros seis meses tras el alta; con una media de ninguna visita frente a dos. Datos que refuerzan el impacto positivo del modelo en resultados de salud.
Participación activa de los papás en los cuidados del niño hospitalizado
Mohammed es el papá de Ismael, un bebé que nació con 31 semanas y pesó 1700 gramos. «Llegas aquí el primer día, estás viendo monitores, alarmas por todos lados y no comprendes nada y eso te genera mucho estrés. Y en el momento en que aprendes un poquito, entiendes qué se está monitorizando, qué se está viendo y qué le está pasando a tu bebé en cada momento, pues estás mucho más tranquilo. Y aparte que puedes actuar, puedes regular, puedes tocar hasta ciertas cosas que te enseñan y puedes ayudarle un poquito».
Y añade: «Yo recomiendo totalmente este programa a todos los padres, ya sea primerizos o por segunda vez, como tal, porque la verdad es que ayuda mucho en cuanto al involucrarse de manera directa con el cuidado de tu hijo, y el estar cerca, conocer más a fondo el padecimiento de ella como tal, su enfermedad, y pues de cara ya a, como nosotros ahora, que ya la podemos tener en casa, a cuidarla en base a esos conocimientos que adquirimos con este programa»
El modelo que establece La Paz va un paso más allá, permitiendo a estos padres comprender y participar en los cuidados del recién nacido, a menudo muy complejos, FICare se sustenta sobre una serie de pilares como son un sistema estructurado de formación, fundamental para los padres cuidadores y para el personal sanitario, además de apoyo psicológico y logístico continuado para los familiares.
Los padres que entran en el programa FICare estudian una serie de conceptos y se inicia la instrucción, mediante un plan individualizado, ajustado a la situación clínica del niño y las preferencias de los padres, Cuando alcanzan la capacitación para realizar las tareas de forma autónoma, reciben una certificación. Además de los recursos hospitalarios, hay profesionales de las asociaciones de padres, así como los propios padres veteranos, que ya han pasado por experiencias similares, que imparten talleres y ayudan a los padres cuidadores.