Según concluye un estudio
La contaminación aumenta la mortalidad por cáncer en mayores
La contaminación atmosférica aumenta la mortalidad por los distintos tipos de cáncer, y no únicamente por los tumores de pulmón, en las personas mayores de 65 años. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) y publicado en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, en el que se concluye que cada incremento de 10 microgramos por cada metro cúbico de aire en los niveles de partículas en suspensión con un diámetro inferior a 2,5 micras (PM2,5) conlleva un aumento del 22% del riesgo de mortalidad por cualquier enfermedad oncológica en la población mayor.
Como explica el doctor Thuan Quoc Thach, co-autor del estudio, “la exposición a largo plazo a las partículas en suspensión se ha asociado principalmente a la mortalidad por causas cardiopulmonares y por cáncer de pulmón. La razón es que el que el número de estudios dirigidos a evaluar la relación de estas partículas con otros tipos de cáncer es muy limitado. Sin embargo, estas partículas podrían tener un efecto equivalente sobre los tumores del resto del organismo”.
Mayor riesgo de cáncer
En el estudio, los autores analizaron el estado de salud de 66.208 personas mayores residentes de la ciudad de Hong Kong (China) desde el momento en que cumplieron los 65 años –entre los años 1998 y 2001– y hasta el año 2011.
Los resultados, obtenidos tras la evaluación de la contaminación de las distintas áreas de la ciudad a partir de las concentraciones anuales de PM2,5, mostraron que, con independencia de otros factores de riesgo de cáncer, cada aumento de 10 microgramos por metro cúbico de aire en los niveles de PM2,5 supone un incremento del 22% de la probabilidad de morir a consecuencia de un tumor en esta población.
Concretamente, el aumento de la mortalidad fue de un 42% en el caso del cáncer en el tracto digestivo superior; del 35% en los tumores en el resto de órganos del tracto digestivo –hígado, vesícula biliar y páncreas–; de un 80% en el cáncer de mama en las mujeres; y del 36% en el cáncer de pulmón en los varones.
Como indican los investigadores, “una posible explicación para la relación entre las PM2,5 y el cáncer serían los defectos en la reparación del ADN, las alteraciones en las respuestas del sistema inmune o la inflamación que promueve la angiogénesis. Además, y por lo que respecta específicamente a los órganos del tracto digestivo, los contaminantes metálicos pesados podrían afectar a la flora intestinal y potenciar el desarrollo de tumores”.
En definitiva, como concluye el doctor Neil Thomas, director del estudio, “las implicaciones para otras ciudades similares de todo el mundo es que las concentraciones de PM2,5 deben ser reducidas para, así, reducir su carga sobre la salud”.
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