El riesgo puede ser similar al asociado con el tabaco, la diabetes o la hipertensión
La inestabilidad laboral aumenta el riesgo de infarto de miocardio
La inestabilidad laboral –esto es, el desempleo, la pérdida de varios puestos de trabajo y la alternancia de ocupación y desocupación durante períodos breves de tiempo– parece asociarse con un mayor riesgo de padecer un infarto de miocardio. Así lo muestra un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Duke (Estados Unidos) y publicado en la revista Archives of Internal Medicine.
En palabras del profesor Matthwe E. Dupre, director del estudio, «nuestros resultados muestran que distintas características relacionadas con la actividad o la inactividad laboral pasadas y presentes aumentan el riesgo de sufrir un episodio cardiovascular; De hecho, y si bien el riesgo de infarto fue mayor en el primer año tras la pérdida del trabajo, la situación de paro, el número acumulado de pérdidas de puestos de trabajo y la situación prolongada de desempleo fueron factores de riesgo independientes de sufrir un infarto».
El paro, factor de riesgo CV
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores evaluaron la relación entre las diferentes situaciones de desempleo y el riesgo de infarto en una muestra de 13.451 adultos estadounidenses con edades comprendidas entre los 51 y los 75 años del ‘Estudio de Salud y Jubilación’. Los participantes fueron sometidos a entrevistas bienales de seguimiento desde 1992 hasta 2010.
En el inicio del estudio, el 14% de los participantes estaba en situación de desempleo, el 69,7% tenía uno o más puestos de trabajo acumulados y el 35,1% se mantenía en paro por un período de tiempo prolongado. En total, 1.061 participantes (el 7,9% de la muestra) padecieron un infarto de miocardio.
El análisis de los resultados reveló que el riesgo de infarto fue significativamente mayor entre las personas en paro –el riesgo fue de 1,35 puntos, siendo 1 el riesgo normal–. Además, fue mayor cuantos más puestos de trabajo se habían perdido: un riesgo de 1,22 puntos para los que habían perdido un empleo y de 1,63 puntos para los que habían perdido cuatro o más trabajos.
Asimismo, el riesgo de infarto fue también mayor durante el primer año de desempleo (1,27 puntos), pero no así superados los primeros 12 meses.
En definitiva, como concluyen los autores, «el riesgo asociado con la pérdida de múltiples empleos fue de la misma magnitud que otros factores de riesgo tradicionales, caso del hábito tabáquico, de la diabetes mellitus y de la hipertensión«.
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