Aprobada en 2006, fue especialmente positiva para los fumadores pasivos y los mayores
La primera ley antitabaco redujo en un 11% la cifra de infartos de miocardio
La entrada en vigor de la primera ley antitabaco, que estableció en 2006 la prohibición de fumar en los lugares de trabajo así como la obligación de establecer áreas de fumadores en muchos espacios públicos cerrados –caso de los restaurantes–, conllevó una reducción del 11% de la incidencia de infartos de miocardio. Así lo muestran los resultados del Registro de Girona del Corazón (Regicor), estudio llevado a cabo por distintos centros de investigación españoles y publicado en la revista PLoS ONE.
La reducción, como explica el doctor Roberto Elosua, del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y coordinador del estudio, «se ha observado principalmente en los no fumadores –o fumadores pasivos–, en los que la reducción ha sido del 15%, y en la población con edades comprendidas entre los 65 y los 74 años, con un descenso de la incidencia del 18%«.
En consecuencia, destacan los autores, «la ley ha sido especialmente positiva en la reducción de la exposición pasiva al tabaco«.
Eficacia probada
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores tomaron como referencia los cerca de 3.700 infartos de miocardio registrados en la provincia de Girona entre los años 2002 y 2008, analizando la reducción de la incidencia tras la entrada en vigor en 2006 de la legislación antitabaco.
Los resultados, por tanto, no registran las consecuencias de los efectos de la segunda ley antitabaco aprobada en 2011, aún más restrictiva en cuento a la exposición al humo en los espacios públicos. Sin embargo, como concluyen los autores, «los resultados observados hasta la fecha apoyan ya la eficacia de este tipo de legislación«.
Tabaco y salud CV
La cardiopatía isquémica fue responsable de más de 35.000 muertes en nuestro país durante 2011. Además, más de 52.000 pacientes tuvieron que ser ingresados a consecuencia de un infarto agudo de miocardio –una de las consecuencias más graves, cuando no la principal, de la cardiopatía isquémica.
Además del impacto para la salud de los enfermos, cabe asimismo referir la enorme carga económica asociada con el infarto de miocardio. No en vano, los expertos estiman que el coste anual de la atención de esta complicación vascular en nuestro país supera los 1.460 millones de euros anuales.
En este contexto, se estima que el tabaquismo es responsable del 20% de la carga de enfermedad cardiovascular, así como que la exposición pasiva al humo de los cigarrillos causa en torno a 2.500 muertes –el 7% del total de decesos por enfermedades CV.
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