La recuperación funcional es uno de los aspectos más importantes en la rehabilitación de la persona con enfermedad mental grave. Ésta ha sido una de las principales conclusiones del VI Encuentro Vive “Guiando el futuro de la esquizofrenia». Entre los desafíos clínicos, se apuntó, figura la identificación precoz, la optimización y personalización de los tratamientos y una adecuada atención al paciente y a sus familiares.

En este sentido, el profesor Miquel Roca, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de las Islas Baleares, afirmó que se puede considerar que un paciente con esquizofrenia “se ha recuperado cuando es capaz de vivir, trabajar, aprender y participar en su comunidad”.

En esta línea, el doctor Fernando Cañas, jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Dr. Rodríguez Lafora y profesor de Psicología y Psiquiatría de la Universidad Francisco de Vitoria, insistió en que el objetivo del tratamiento es “conseguir la máxima integración de estas personas en su entorno habitual con el nivel de calidad de vida más alto posible”.

Por otra parte, el profesor Roca señaló que las entrevistas motivacionales son una herramienta fundamental para implicar al paciente en su tratamiento. “Desde la entrevista clínica, analizamos cómo podemos involucrar al paciente y a su entorno para lograr un mejor pronóstico y una recuperación funcional”.

Entre los principales desafíos clínicos del tratamiento de pacientes con esquizofrenia, este especialista destacó la identificación precoz durante los primeros episodios, reconociendo los síntomas clínicos más relevantes y tratando de optimizar y personalizar los tratamientos con una adecuada atención al paciente y a sus familiares. Por su parte, el doctor Cañas sumó a la lista de retos conseguir una adecuada relación del médico con el paciente y sus cuidadores, lo que se conoce como alianza terapéutica, “para que entiendan la naturaleza de su enfermedad y colaboren en el seguimiento del tratamiento que cada caso concreto necesite”. “Esto es clave en un trastorno como la esquizofrenia, en el que, con frecuencia, por la propia naturaleza de la misma, hay una falta de conciencia de enfermedad y de la necesidad de seguir activamente los tratamientos”, aseguró.

La adherencia al tratamiento

El doctor Cañas reconoció que la “mayor probabilidad de conseguir un resultado óptimo del tratamiento pasa por garantizar que éste sea continuado durante el periodo crítico del trastorno, ya que la adherencia ha demostrado ser el factor modificable más relevante para alcanzar el éxito”. En este sentido, el profesor Roca recalcó que diferentes estudios avalan el papel de los tratamientos de larga duración a la hora de conseguir la recuperación funcional, ya que “permiten una mejor alianza terapéutica, que va más allá del tratamiento farmacológico”.

El doctor Cañas también se refirió a la importancia del tratamiento integrado para crear una alianza terapéutica y proporcionar una ayuda profesional multidisciplinar en las distintas áreas de la vida del paciente que se ven afectadas por el trastorno. “El tratamiento integrado supone el abordaje farmacológico para el control de los síntomas; la prevención y tratamiento de los consumos de sustancias tóxicas que con frecuencia se asocian; la psicoeducación; la mejora de la salud física, alimentación y ejercicio; las intervenciones psicológicas y sociales y la rehabilitación social y laboral».