Las personas con VIH que han padecido la covid-19 tienen un mayor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular grave, como tromboembolias o insuficiencia cardiaca, a lo largo del siguiente año, una vez pasada la infección. Así se explica en un estudio publicado recientemente por la revista Clinical Microbiology and Infection Diseases.

covid-19 y VIH

Esta investigación ha sido realizada por un equipo internacional de la Fundación Lucha contra las Infecciones, del Centro de Estudios Epidemiológicos sobre las ITS y Sida de Cataluña (Ceeiscat) y la Odense University Hospital (OUH) de Dinamarca. Se han estudiado los casos de 18.000 personas con VIH de las que 14.000 no habían sido diagnosticadas previamente de covid-19.

Según las observaciones del equipo investigador, 832 pacientes sufrieron una enfermedad cardiovascular a lo largo del siguiente año tras la infección por SARS-CoV-2. Los cálculos del estudio indican que las posibilidades de padecer una patología de este tipo aumentan un 30% en esta situación.

Seguimiento y prevención

Teniendo esto en cuenta, el coordinador del trabajo, Josep M. Llibre, médico del Hospital Germans Trias (Barcelona) asegura que es importante realizar seguimientos a las personas con VIH tras pasar la covid-19, incluso en los casos que no han necesitado hospitalización y en los que nunca se ha detectado ninguna cardiopatía.

Desde su punto de vista, es esencial que los clínicos consideren los siguientes doce meses como un periodo de mayor riesgo para detectar episodios cardiovasculares, y controlar algunos de los factores que pueden potenciar su aparición, como el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión o el colesterol elevado.

Pero también recomienda buscar fórmulas para sensibilizar a las personas con VIH sobre la importancia de vacunarse siguiendo las recomendaciones médicas como método preventivo. No sólo para evitar el virus SARS-CoV-2, sino también reducir ese riesgo de padecer patologías cardiovasculares.

Las secuelas de la covid-19

Desde que apareciese en 2019, la covid-19 ha causado más de 450 millones de infecciones en todo el mundo, que en muchos casos han dejado secuelas en el enfermo. Son varios los estudios que la relacionan con un aumento del riesgo de padecer eventos cardiovasculares, aunque ninguno analizaba hasta ahora esta relación con las personas con VIH.

Éstas han mejorado notablemente su calidad de vida y su supervivencia desde la llegada de las terapias antirretrovirales a finales del siglo pasado. Algo que ha planteado nuevos retos para estos pacientes, sobre todo relacionados con la carga de comorbilidades no infecciosas relacionadas con la edad, como ocurre con las patologías cardiovasculares, que en este colectivo son casi dos veces más prevalentes que en la población general.