La telerrehabilitación cardiaca reduce un 50% las consultas ambulatorias a cardiología
La rehabilitación cardíaca ha sido una herramienta fundamental en el manejo de enfermedades cardiovasculares, proporcionando beneficios claros en la recuperación y calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, la implementación de estas terapias en un entorno presencial siempre ha sido un desafío, especialmente para aquellos pacientes que viven en áreas rurales o tienen dificultades para desplazarse. Para mejorar su situación, se han desarrollado iniciativas de telerrehabilitación cardiaca como Cardioplan, que ha reducido un 50% las consultas ambulatorias a cardiología, liberando recursos para otros pacientes y reduciendo la carga sobre los sistemas de salud, según indican desde Cardioalianza.
Se trata de un programa desarrollado por Amgen en 2020, durante la pandemia de covid-19, que cuenta con el aval de Cardioalianza, que utiliza tecnologías de telemedicina para ofrecer servicios de rehabilitación cardíaca a distancia. Esta modalidad, que se ha mantenido en el tiempo, no solo ha demostrado ser eficaz, sino que también ha mejorado la adherencia de los pacientes con las terapias, al permitirles realizarlas desde la comodidad de sus hogares.
Bienestar físico y psicológico
Desde su implementación, casi 2.000 pacientes de 13 hospitales españoles se han beneficiado del proyecto. Y no sólo por la mejora de su salud física, sino también de su bienestar mental. Proporciona una combinación de ejercicio supervisado, educación sobre el manejo de la enfermedad y apoyo psicológico, creando un enfoque que aborda múltiples aspectos de la salud del paciente. Además, los pacientes aseguran que les aporta una mayor flexibilidad y conveniencia, factores que aumentan significativamente la probabilidad de adherirse al programa a largo plazo.
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Los programas de rehabilitación cardiaca, como Cardioplan, han demostrado reducir la mortalidad cardiovascular en un 58%, los eventos cerebrovasculares en un 60% y los infartos agudos de miocardio en un 20%. Estos programas ofrecen una gestión integral de los factores de riesgo y tienen por objetivo mejorar la salud física y mental de los pacientes que han sufrido un evento cardiovascular para que puedan recuperar lo antes posible su vida social, familiar y profesional, a la vez que reducen la posibilidad de nuevos ingresos por acontecimientos cardiovasculares.
El problema de la asistencia presencial
El problema es que, de forma tradicional, esta terapia requiere la asistencia presencial al hospital entre dos y tres veces en semana, y no todos los pacientes tienen la posibilidad de hacerlo. Especialmente los que viven lejos del centro hospitalario.
Ernesto Dalli Peydró, cardiólogo del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia y cocreador de Cardioplan, resalta que sólo el 40% de los pacientes se incorporan a estos programas debido a limitaciones de derivación tras el alta hospitalaria y la falta de unidades de rehabilitación específicas. Según Dalli, hasta el 80% de las personas que han sufrido algún evento cardiovascular y que son consideradas de bajo o moderado riesgo podrían beneficiarse de este programa, permitiendo liberar las áreas hospitalarias para atender a personas de mayor riesgo o con insuficiencia cardiaca.
Ahorro para el sistema
Incluso podría prolongarse más allá del hospital y usarse en atención primaria. Además, modelos como el de Cardioplan abren la puerta a un futuro en el que la telerrehabilitación se convierta en una parte estándar del tratamiento de enfermedades crónicas.
Por su accesibilidad, pero también porque permite a los profesionales de la salud monitorizar de manera continua y detallada el progreso de sus pacientes, ajustando las terapias según sea necesario. La telemedicina puede proporcionar datos en tiempo real sobre la frecuencia cardíaca, la presión arterial y otros indicadores clave, permitiendo una intervención temprana si se detectan problemas.
De hecho, la telerrehabilitación cardiaca no sólo es útil en estos ámbitos sino que genera un ahorro en gastos hospitalarios por la reducción de visitas presenciales y hospitalizaciones. Recientemente se han publicado varios estudios, el último en la Revista Española de Cardiología (REC), que han evaluado el coste-utilidad de este sistema frente a la rehabilitación hospitalaria convencional tras un síndrome coronario agudo. Y ha demostrado que una rehabilitación cardiaca domiciliaria de 10 meses supone un ahorro de costes tanto desde la perspectiva social como del Sistema Nacional de Salud español, con una efectividad comparable o superior.