Pero cerca de una tercera parte de las pacientes reduce o suspende la medicación
Las mujeres con asma deben controlar la enfermedad también durante el embarazo
En torno a un tercio de las mujeres con asma reducen, cuando no directamente interrumpen, la medicación cuando se quedan embarazadas. Así se lo muestra un estudio publicado en la revista Journal of Allergy and Clinical Inmunology, en el que los autores recuerdan que el asma no controlada, y por ende la deficiencia en la aportación de oxígeno, puede ser peligrosa para el desarrollo del feto.
La Iniciativa Global para el Asma (GINA) incide en la necesidad de controlar el asma también durante el embarazo. Pero como apunta la Dra. Priscilla A. Zetstra-van der Woude, de la Universidad de Groningen (Países Bajos) e investigadora principal del estudio, «son muchas las mujeres que detienen o reducen el uso de medicamentos para el asma cuando se quedan embarazadas, a pesar de que las estrategias terapéuticas para controlar con seguridad esta enfermedad resultan siempre necesarias».
Menor consumo de fármacos
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron entre los años 1994 y 2009 la base de datos de prescripción de medicamentos en Países Bajos. Una base de datos en la que se registraron 25.709 embarazos, de los que 2.072 correspondían a pacientes que habían recibido la prescripción de al menos un medicamento contra el asma durante el período del estudio.
Los resultados mostraron que los medicamentos para el asma –por lo general broncodilatadores de larga duración combinados con corticosteroides inhalados– se utilizaban con menor frecuencia durante el embarazo. Concretamente, los investigadores observaron un descenso del 30% de las recetas, muy especialmente de los broncodilatadores de larga duración, durante los primeros meses de embarazo. Todo ello a pesar, como explican los autores, «de que este tipo de medicamentos se prescriben para los pacientes con asma más grave y la suspensión podría conducir a síntomas graves de dificultad respiratoria«.
Sea como fuere, los resultados no han podido demostrar que el descenso en el consumo de medicamentos haya afectado a la madre o al bebé, así como que haya supuesto un empeoramiento de los síntomas del asma en la embarazada. Y de la misma manera, los autores tampoco han podido determinar la razón para la reducción o suspensión de la medicación.
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘Journal of Allergy and Clinical Inmunology’?
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