Reducir el sueño en la infancia podría afectar a la salud durante toda la vida
Los niños sin un horario regular para irse a dormir tienen peor capacidad cognitiva
Los niños que no siguen un horario regular a la hora de acostarse tienen una peor capacidad cognitiva –por ejemplo, una peor comprensión de la lectura o peores puntuaciones en matemáticas–. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido) y publicado en la revista Journal of Epidemiology and Community Health.
En palabras de la doctora Yvonne Kelly, investigadora principal del estudio, “el desarrollo infantil temprano tiene profundas influencias en la salud y el bienestar a través del curso de la vida; por lo tanto, reducir o interrumpir el sueño, sobre todo si ocurre en momentos clave en el desarrollo, podría tener un impacto importante en la salud durante toda la vida”.
Horarios irregulares
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron los resultados de distintos test cognitivos –lectura, matemáticas y conciencia espacial– de 11.187 niños de 7 años de edad incluidos en el Estudio de Cohorte del Milenio de Reino Unido y su relación con la rutina y horarios de sueño cuando tenían 3, 5 y 7 años.
Por lo que refiere a los resultados, las niñas con una rutina irregular de sueño a la edad de 7 años tenían peores puntuaciones en todos los test cognitivos. Sin embargo, la hora de irse a la cama no influyó en el caso de los varones.
Además, y con independencia del género, los menores que a la edad de 3 años tampoco siguieron un horario regular también obtuvieron peores resultados en todas las pruebas.
Como apuntan los autores, un horario irregular a la hora de dormir podría alterar los ritmos naturales del cuerpo y causar falta de sueño, lo que mermaría la plasticidad del cerebro y la capacidad de adquirir y retener información. “El sueño es el precio que pagamos por la plasticidad del día anterior y las inversiones necesarias para permitir el aprendizaje al día siguiente”, concluye la doctora Kelly.
– ¿Quieres consultar (en inglés) el estudio publicado en la revista ‘Journal of Epidemiology and Community Health’?