Tras dos meses de consumo diario, sobre todo aquellos que aún reciben tratamiento
Los pacientes con cáncer que toman ginseng parecen sentirse menos fatigados
Los pacientes con cáncer que toman ginseng diariamente se sienten menos fatigados. Así lo demuestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Clínica Mayo en Rochester (Estados Unidos) y publicado en la revista Journal of the National Cancer Institute (JNCI).
En palabras de la doctora Debra L. Barton, directora de la investigación, “casi todos los pacientes con cáncer pueden sufrir fatiga en algún momento de su enfermedad, ya sea en el momento del diagnóstico, en el tratamiento o al final del mismo. Además, la fatiga puede persistir durante varios años y no se suele aliviar con el sueño o el descanso, afectando significativamente a la capacidad de las personas para realizar sus actividades cotidianas”.En este contexto, «el ginseng es interesante, ya que actúa sobre la inflamación y creemos que la inflamación explica la fatiga relacionada con el cáncer«, explica la doctora Catherine Alfano, directora adjunta de la Oficina de Supervivencia al Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos.
Menor fatiga
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores evaluaron el efecto del ginseng sobre la fatiga en 364 pacientes diagnosticados de cáncer. Concretamente, y por un período de 8 semanas, la mitad de los participantes tomaron 2.000 mg diarios de ginseng, mientras que la otra mitad recibió cápsulas de placebo.
Concluidos los dos meses de seguimiento, los pacientes que tomaron ginseng mostraron un incremento promedio de 20 puntos en una escala de medición de la fatiga (MFSI-SF). En el caso del grupo placebo, el incremento promedio fue de tan solo 10,3 puntos.
Es más; como informan los autores, «el mayor beneficio asociado con la toma del ginseng se observó en los pacientes que recibían un tratamiento activo contra el cáncer en comparación con aquellos que ya habían completado la terapia«.
Además, la toma de ginseng no se asoció con un incremento de los efectos secundarios propios del tratamiento –por lo general, náuseas, vómitos y ansiedad–. Y es que si bien cerca de 80 participantes tuvieron que abandonar el tratamiento, la tasa de abandonos fue similar en ambos grupos.
Sin embargo, como advierte la doctora Alfano, «si bien los resultados del estudio son prometedores, resultan aún insuficientes para recomendar que los médicos aconsejen el consumo sistemático de ginseng por los pacientes. Y es que, entre otros aspectos a tener en cuenta, aún desconocemos cómo el ginseng puede interactuar con el tratamiento del cáncer. Por ello, y cuando menos por el momento, los pacientes no deben utilizarlo para automedicarse«.
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