La incidencia de la infección plantea la necesidad de un acceso prioritario a la vacuna
Los pacientes con trasplante de hígado tienen más riesgo de COVID-19 pero cuadros menos graves
La incidencia de la COVID-19 en pacientes con trasplante hepático con tratamiento inmunosupresor es aproximadamente el doble que la de la población general con la misma edad y sexo, pero desarrollan de manera menos grave la enfermedad.
Así se desprende del mayor estudio realizado en pacientes inmunosuprimidos con COVID-19 publicado hasta el momento, que analizó una cohorte de pacientes trasplantados de hígado en comparación con la población general infectada en el mismo periodo por el coronavirus.
Esta investigación, publicada en el ‘Journal of Hepatology‘, contó con la participación de 22 centros de trasplante integrados en la Sociedad Española de Trasplante Hepático (SETH) y de ocho grupos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD).
Hallazgo inesperado
La cohorte de pacientes fue seleccionada durante la fase ascendente de la curva epidémica, entre el 28 de febrero y el 7 de abril de 2020. En dicho periodo, 111 pacientes trasplantados fueron diagnosticados de COVID-19. Tras una media de seguimiento de 23 días, 96 pacientes (el 86,5%) ingresaron en el hospital, 22 (19,8%) necesitaron ventilación mecánica y 12 (10,8%) ingresaron en la UCI. Un total de 35 pacientes (31,5%) cumplieron los criterios de la COVID-19 grave. Por otra parte, la tasa de mortalidad fue del 18%, siendo menor que en la población general de la misma edad y sexo.
Según explica Manuel Rodríguez Perálvarez, investigador del CIBEREHD, “hemos demostrado que, incluso con un patrón epidemiológico similar, la incidencia de la COVID-19 en pacientes trasplantados es aproximadamente el doble que la de la población general con la misma edad y sexo, pero sin embargo la mortalidad ha demostrado ser algo menor en este tipo de pacientes. Este hallazgo ha sido completamente inesperado puesto que tienen más comorbilidades que la población general y era de esperar que la mortalidad fuese mayor”.
Los investigadores consideran que es posible que el tratamiento inmunosupresor proteja a estos pacientes frente al desarrollo de las formas más graves de la COVID-19 mediante la atenuación de la denominada ‘tormenta de citoquinas’.
La elevada incidencia de COVID-19 en estos pacientes, aunque no deriven en cuadros tan graves, pone de manifiesto la necesidad de extremar las precauciones en el distanciamiento social, uso de mascarilla e higiene de manos, además de plantear el acceso prioritario a la vacuna cuando esté disponible. En España viven gracias a un trasplante hepático alrededor de 13.000 pacientes.