Reconoce el descubrimiento de los receptores acoplados a proteínas G
Nobel de Química por una investigación clave para el desarrollo de nuevos medicamentos
Los estadounidenses Robert J. Lefkowitz y Brian K. Kobilka han sido galardonados con el Premio Nobel de Química 2012 en reconocimiento a «sus descubrimientos fundamentales sobre una familia clave de receptores celulares, denominados técnicamente receptores acoplados a proteínas G», según ha informado el Comité Nobel de la Real Academia Sueca de las Ciencias.
Los receptores acoplados a proteínas G participan en múltiples funciones del organismo, desde la vista hasta el sabor, mediando, por ejemplo, la acción de la adrenalina.
Como explica la Academia en el comunicado emitido para la concesión del galardón, «el organismo humano es un ajustado sistema de interacciones entre miles de millones de células, cada una de las cuales cuenta con pequeños receptores capaces de sentir su entorno a fin de poder adaptarse a nuevas situaciones».
Receptores hormonales
Lefkowitz es profesor del Instituto Médico Howard Hughes y de la Universidad de Duke (Estados Unidos), y Kobilka, quien colaborara con el primero en Duke en las investigaciones fundamentales por las que han sido galardonados, ejerce su actividad actual en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford en Palo Alto (Estados Unidos).
El mecanismo por el que las células sienten e interactúan con su entorno permaneció desconocido a lo largo de los años. Como apunta la Academia Sueca de las Ciencias, «el mundo científico conocía que algunas hormonas, caso de la adrenalina, ejercen un efecto muy potente, como es incrementar la presión sanguínea y conseguir que el corazón lata más deprisa; así, y si bien los científicos sospechaban que las superficies de las células albergaban algún tipo de receptor para estas hormonas, la naturaleza de esos receptores o la forma en que actuaban han permanecido desconocidas durante la mayor parte del siglo XX».
Cinco décadas de investigación
Lefkowitz inició en 1968 sus estudios con radioactividad para identificar los receptores en las superficies celulares, trabajos que posibilitaron la detección de algunos receptores específicos, caso del Receptor Beta Adrenérgico para la adrenalina. «Su equipo de investigadores extrajo el receptor del lugar en que se ocultaba en la pared de la célula y consiguió el primer conocimiento sobre la forma en que trabajaba», explica el Comité Nobel.
Posteriormente, ya en la década de los ochenta, Kobilka, recién incorporado a la investigación, aceptó el reto de aislar el gen que codifica el referido Receptor Beta Adrenérgico Beta. Y su creativo enfoque le permitió alcanzar su objetivo. Así, y una vez que los investigadores analizaron el gen, descubrieron que el receptor era similar a uno del ojo que captura la luz, comprobando que existe toda una familia de receptores que se parecen y funcionan de la misma manera.
Nuevos medicamentos
En la actualidad, todos estos receptores se engloban en la familia de «receptores acoplados a la proteína G», y como recuerda el Comité, «cerca de la mitad de todos los medicamentos consiguen sus efectos a través de los receptores acoplados a la proteína G».
Finalmente, Kobilka logró en 2011 un último y fundamental avance. Junto con su equipo de investigadores, capturó una imagen del Receptor Beta Adrenérgico en el momento exacto en que era activado por una hormona y enviaba una señal a la célula. «Esta imagen es una obra maestra molecular, el resultado de décadas de investigaciones», destaca el Comité Nobel.