Los expertos alertan del preocupante aumento del dolor de espalda crónico entre los adolescentes europeos. Un estudio del grupo de investigación en dolor Algos-Cátedra de Dolor Infantil de la Universitat Rovira i Virgili, que han utilizado datos de una macro encuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), concretan algunos de los factores implicados.

Según este trabajo, el incremento en la prevalencia de este dolor se explica, en parte, por el aumento del tiempo que pasan ante las pantallas y por la obesidad. La detección de estas causas contribuirá a prevenir el dolor de espalda crónico y para luchar contra la tendencia al alza de esta dolencia entre los adolescentes.

El estudio ha utilizado los datos de una gran encuesta transversal de la Organización Mundial de la Salud sobre el comportamiento en la salud de chicos y chicas en edad escolar realizada a 423.000 adolescentes de 27 países europeos para controlar la salud y el bienestar, una cifra que le da una alta fiabilidad.

La investigación ha determinado que tanto el incremento de las horas de los adolescentes ante las pantallas del ordenador, de la tablet o del móvil, así como la obesidad, están asociados al aumento de la prevalencia del dolor de espalda crónico, que durante el periodo de vigencia de la encuesta pasó de afectar al 18,3% de los adolescentes europeos al 21,6%.

Como afirman los investigadores Josep Roman-Juan,  Rubén Roy, Dr. Jordi Miró y Dr. Mark P. Jensen, “los resultados son clínicamente muy importantes porque los factores identificados son modificables y muestran alternativas que pueden ayudar a prevenir su incremento, como por ejemplo reducir el tiempo dedicado a actividades sedentarias, el uso de móviles u ordenadores, y paliar la obesidad en esta población.  

Los resultados también muestran que el aumento del tiempo dedicado a actividades sedentarias y la obesidad no explican, por sí solos, el incremento del dolor de espalda crónico, y sugieren que otros factores, como pueden ser la calidad del sueño y problemas psicológicos, como la ansiedad y la depresión, también podrían estar implicados.

Por lo tanto, los responsables del estudio consideran importante “continuar investigando para determinar qué otros factores, además de los que ahora se han identificado, juegan un papel importante en el aumento del dolor de espalda crónico”.