Publicado en Science Translational Medicine
Un nuevo tratamiento para cáncer de páncreas muestra resultados alentadores en ratones
Un nuevo tratamiento contra el cáncer de páncreas ha demostrado ser eficaz en la reducción y eliminación de tumores en ratones, según un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst y la Escuela de Medicina Chan de la Universidad de Massachusetts. Publicado en la revista Science Translational Medicine, este innovador enfoque combina la activación de vías inmunitarias específicas con la administración dirigida de fármacos mediante nanopartículas, mostrando resultados que podrían abrir nuevas vías en el tratamiento para este tipo de cáncer.
El cáncer de páncreas, en su forma más común conocida como adenocarcinoma ductal pancreático (PDAC), es difícil de tratar debido a la arquitectura del microambiente tumoral. Este entorno, caracterizado por un tejido denso que actúa como una barrera, impide la formación de vasos sanguíneos adecuados y bloquea la infiltración inmunitaria, lo que reduce la efectividad de las terapias convencionales, incluida la quimioterapia y la inmunoterapia. Con una tasa de supervivencia a cinco años de apenas el 13%, el PDAC se ha convertido en la tercera causa principal de muerte por cáncer.
Los investigadores, liderados por Prabhani Atukorale, profesora adjunta de ingeniería biomédica en UMass Amherst, y Marcus Ruscetti, profesor asistente de biología molecular, celular y del cáncer en la Facultad de Medicina Chan, han centrado sus esfuerzos en superar estos obstáculos. El equipo ha diseñado un sistema de administración de fármacos utilizando nanopartículas lipídicas para transportar dos agonistas que activan las vías inmunitarias STING (vía estimuladora de genes de interferón) y TRL4. La activación de estas vías es crucial para desencadenar una respuesta inmune robusta contra el tumor, un aspecto que ha demostrado ser esencial en el combate de este tipo de cáncer.
Un diseño innovador
El diseño de nanopartículas utilizado en este tratamiento es particularmente notable por su capacidad para encapsular y coadministrar los agonistas de STING y TRL4, sustancias que en condiciones normales no se mezclan bien, algo similar a lo que ocurre con el aceite y el agua. Este avance tecnológico asegura que ambos componentes lleguen simultáneamente al microambiente tumoral, maximizando su efectividad.
En combinación con la terapia con los inhibidores de MEK (trametinib) y CDK4/6 (palbociclib), el tratamiento produjo resultados extraordinarios en modelos de ratón. De los nueve ratones tratados, ocho experimentaron necrosis tumoral y una notable reducción del tamaño del tumor. Incluso, en dos de estos casos, los tumores desaparecieron por completo.
A pesar de estos resultados alentadores, los investigadores subrayan que aún queda trabajo por hacer. Tras la suspensión del tratamiento, los tumores regresaron en los ratones, lo que indica que se necesitan estrategias adicionales para mantener la eficacia a largo plazo y evitar la recurrencia del cáncer.
Búsqueda de una cura
Este avance es un hito importante en la búsqueda de tratamientos más efectivos para el cáncer de páncreas. Ruscetti enfatiza que, aunque los resultados son preliminares y se basan en estudios en modelos animales, representan un paso significativo hacia la posibilidad de desarrollar una cura. Además, este enfoque podría ser aplicable a otros tipos de cánceres que comparten características similares, como el cáncer de colon, pulmón, hígado y colangiocarcinoma (cáncer de los conductos biliares).
El potencial de este tratamiento radica en su capacidad para no sólo atacar el tumor, sino también para modificar el entorno inmunitario del paciente, permitiendo que las células T del sistema inmunológico reconozcan y destruyan las células cancerígenas. Este doble enfoque podría ser la clave para superar la resistencia que muchos tumores muestran a las terapias actuales.
Los próximos pasos en esta línea de investigación incluyen la optimización del tratamiento para mantener los resultados a largo plazo y la expansión de los ensayos a modelos más avanzados, con la esperanza de que, en un futuro no muy lejano, estos avances puedan traducirse en terapias efectivas para pacientes humanos.