XXXV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes
El trasplante de páncreas crece entre los pacientes de diabetes tipo 2
El habitual candidato a un trasplante de páncreas suele ser una persona con diabetes tipo 1 que presenta un fallo renal terminal. De hecho, en estos casos la intervención normalmente es doble, de riñón y páncreas, y los trasplantes de este segundo órgano de forma aislada son bastante aislados porque no son necesarios, gracias a los tratamientos de insulina, a los páncreas artificiales híbridos y a los nuevos dispositivos de monitorización continua de glucosa.
No obstante, cada vez son más frecuentes estos trasplantes en los pacientes de diabetes tipo 2. Así se ha visto en una mesa redonda celebrada en el XXXV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes (SED), organizada en conjunto con la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica (SEEP). Entre sus ponentes ha destacado la participación de Antonio J. Amor Fernández, especialista senior de la Unidad de Diabetes del Hospital Clínic Barcelona.
«El perfil de receptor está cambiando un poco en los últimos años, y cada vez tenemos más claro que no es sólo para los pacientes con diabetes tipo 1, sino que hay un porcentaje de pacientes con diabetes tipo 2 con enfermedad renal terminal que también se pueden beneficiar», ha asegurado. Desde su punto de vista, esta cirugía mejora notablemente la calidad de vida y el pronóstico vital de las personas que lo reciben.
Especialmente en estos momentos de grandes avances tecnológicos en este campo, que permiten la monitorización continua de la glucosa y, con ello, un seguimiento constante y fiable de la función del páncreas trasplantado. «Es fundamental abrir los ojos a muchos endocrinos, que actualmente no se plantean este tratamiento en muchos de sus pacientes», ha valorado Amor Fernández.
Tratamiento inmunitario
Por otra parte, se trató la posible utilidad de las inmunoterapias (que manipulan al sistema inmunitario para transformar un mal funcionamiento) en el abordaje de la diabetes tipo 1, al ser una enfermedad autoinmune. «Diferentes estrategias de inmunoterapia son capaces de frenar la destrucción causada por el propio sistema inmunitario, concretamente por las células llamadas linfocitos T autoreactivos», ha indicado Marta Vives-Pi, responsable de la Unidad de Inmunología de la Diabetes del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol.
Se está consiguiendo detener la progresión e inactivar esos linfocitos con nuevos fármacos y con otras estrategias, como las terapias celulares, la nanomedicina o los péptidos autoantigénicos. «Ahora lo importante es asegurar que estos nuevos enfoques sean seguros, específicos y sin importantes efectos secundarios”, ha añadido Vives-Pi.