El Hospital Universitario de León ha celebrado el taller ‘Viviendo la sexualidad tras un cáncer de mama’, con la colaboración de Novartis. Un encuentro en el que se ha abordado el impacto que esta patología y sus diversos tratamientos tienen en el plano sexual de las pacientes, y cuyo objetivo ha sido el de ofrecer orientación y recomendaciones en este ámbito.
Para ello se ha contado con la participación de: Ana López González, oncóloga del Hospital Universitario de León; Mª Dolores Ruiz, ginecóloga oncológica especializada en sexología; y Ana Sierra, psicóloga, sexóloga y escritora. Además, se presentaron las ‘Guías de ejercicio físico, nutrición, sexualidad y cuidado personal‘ que recogen información útil al respecto. En ellas han participado diversas organizaciones de pacientes como la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA), la Asociación Española de Cáncer de Mama Metastásico (CMM), el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), la Asociación Mama Ovario Hereditario (AMOH) y la Asociación de Cáncer de Mama Masculino (INVI).
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Cambios diversos
Durante el proceso del cáncer, las pacientes pueden experimentar cambios físicos y psicológicos que afectan al deseo y a la función sexual. No sólo por la propia evolución de la enfermedad, sino por los efectos que tienen tratamientos e intervenciones: pueden provocar disminución del deseo, cambios hormonales, dolor durante las relaciones, falta de excitación, problemas relacionados con el orgasmo o preocupaciones sobre la imagen corporal.
Según Ana López González, «el impacto del cáncer es tan grande que las pacientes se centran en otras preocupaciones y la sexualidad deja de ser una prioridad». No obstante, recordó que la salud sexual y la relación de pareja también son partes importantes de la vida y son clave para reducir el impacto negativo del cáncer y afrontar mejor la recuperación.
De hecho, Mª Dolores Ruiz ha destacado que una vida sexual saludable «tiene un efecto cardioprotector, potencia el sistema inmunológico, mejora el umbral del dolor y reduce los síntomas del estrés, entre otros beneficios». Por otra parte, ha hablado sobre los trastornos por dolor durante las relaciones sexuales, y ha afirmado que «el síndrome genitourinario es la segunda causa más frecuente de disfunción sexual femenina, que afecta al 90% de las mujeres menopáusicas».
Este trastorno se manifiesta, principalmente, a través de la sequedad vaginal, que se vuelve más frecuente y grave en pacientes oncológicas. No obstante, ha explicado que existen fórmulas para proteger la salud vulvovaginal, «tanto a través de terapias locales y sistémicas como a través de dilatadores, ejercicios de suelo pélvico o medicina regenerativa». Al mismo tiempo, ha recomendado cuidar la intimidad de pareja y fortalecer la comunicación entre ambas partes para tener una vida sexual activa y satisfactoria.
El aspecto psicológico
Ana Sierra ha incorporado en el debate los factores psicológicos y sociológicos. «Se trata de conocer nuestra propia sexualidad, qué es lo que nos gusta y qué es lo que necesitamos para sentirnos bien, mejorar la conexión con nosotros mismos y con nuestras parejas y, con ello, aumentar el disfrute». En el caso de las pacientes y sus parejas, Sierra ha recomendado adentrarse en el concepto del ‘mindfulsex‘, que ayuda a aceptarse mejor desde el punto de vista físico y a apreciar nuestro cuerpo a pesar de las secuelas.
Hay que recordar que el tratamiento del cáncer de mama tiene implicaciones físicas, pero también alteraciones emocionales que afectan al bienestar de las pacientes. Abordar con ellas ámbitos como el de la sexualidad puede ayudar a mejorar su calidad de vida y, con ello, favorecer la adherencia a las terapias para conseguir erradicar el tumor primario y evitar recaídas.