Bases de la prevención activa del cáncer de piel
Comprender qué es la fotoprotección: ¿Es suficiente la crema solar para protegerse del sol?
El cáncer de piel es uno de los más frecuentes a nivel mundial. En España se estima que se diagnosticaron 20.392 nuevos cánceres de piel en total en el año 2023, según los datos del Observatorio del Cáncer (de la Asociación Española Contra el Cáncer), lo que representa algo más de un 8% (8,21%) del total de los cánceres diagnosticados en este año, y siendo el quinto con mayor incidencia en todo el mundo. Prevenirlo pasa por utilizar protector solar, pero no es la única herramienta para llevar a cabo una prevención activa adecuada.
Fotoprotegerse significa tener un conjunto de hábitos saludables con el objetivo de mantener la salud de la piel y prevenir el daño solar. Y, por consiguiente, contribuir activamente en la prevención del cáncer de piel. Porque sabemos que, uno de los factores (modificables) más importantes en el desarrollo de cáncer de piel, es la exposición acumulada a las radiaciones UV.
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Los datos científicos son claros: las anomalías en el cambio del clima se ejemplifican, entre otros, en más días soleados y con ausencia de nubes, lo que implica un mayor impacto directo de la radiación solar.
El uso de los fotoprotectores tópicos sobre la piel es una medida muy útil y necesaria, si se utiliza en cantidad suficiente y se reaplica el producto correctamente. Hay que tener en cuenta que el FPS que protege frente a la radiación UVB (el tipo de radiación más nociva y energética) se testa con base a una cantidad estandarizada de producto: aplicando 2mg por cm cuadrado de piel. Se ha comprobado, mediante estudios, que muchas personas se aplican una cantidad muy inferior (entre 1mg y 0,5mg de producto por centímetro cuadrado de piel). Esto hace que un producto que está etiquetado como FPS50, al utilizarlo en cantidad insuficiente, vea muy disminuida su protección real, que caerá hasta el FPS7 o el FPS2,7, respectivamente.
Los pilares de la fotoprotección
Mar Santamaria, responsable de Atención Farmacéutica de PromoFarma by DocMorris, explica las recomendaciones de consenso y basadas en la evidencia científica que marcarán la diferencia para cuidar proactivamente la piel durante la época de mayor exposición solar del año.
Por un lado, es necesario aprender y seguir una conducta de exposición responsable. “Es importante evitar permanecer expuestos largo tiempo durante las horas centrales del día (especialmente en verano), ya que la radiación solar es más intensa en esta franja horaria. Resguardarse en las sombras y los lugares frescos es un hábito de salud que ya conocían nuestros abuelos y abuelas” explica la farmacéutica.
En este sentido, las personas que deben extremar esta precaución, porque son más sensibles a los efectos dañinos de la radiación solar son: personas con fototipos muy claros, con patología o antecedentes de enfermedades de la piel, o con un número elevado de nevus melanocítivos (son lo que comúnmente denominamos “lunares” y se asocia un mayor riesgo si, el recuento de estas lesiones pigmentadas mayores de 2mm de diámetro en ambos brazos es superior a 20). A los niños pequeños hay que empezar a inculcarles esta conducta de exposición responsable. No se trata de huir del sol, sino de aprender a exponerse de manera responsable y consciente.
La ropa y los complementos también tienen su papel a la hora de protegernos del sol. Se puede utilizar ropa con UPF testado (un parámetro similar al FPS de los cosméticos), así como otros tejidos frescos y cubrientes de hombros, escote y parte superior de los brazos. Hay que utilizar gafas de sol homologadas (el sol también es dañino para la salud ocular), así como accesorios como sombreros de ala ancha y gorras con visera.
Evitar, a toda costa, el uso de cabinas UVA de bronceado y revisar periódicamente las lesiones pigmentadas que pueden aparecer a la piel son también dos consejos fundamentales. “Ante cualquier cambio importante en el aspecto de un lunar o mancha en la piel (crecimiento, presencia de distintos colores, bordes irregulares, diámetro superior a 6mm, evolución anómala de la lesión… Consultar con siempre el médico de referencia o dermatólogo”, concluye la especialista.