Tribuna de opinión
Herramientas tecnológicas para conseguir mejores hábitos y calidad de vida en diabetes
Humanizar la medicina implica entender la enfermedad y la salud de forma integral. En el caso particular de las patologías crónicas, acompañan al paciente en su día a día durante toda o buena parte de su vida. Por ejemplo, las personas que viven con diabetes lo hacen las 24 horas del día, no solo cuando acuden al sistema sanitario. Así pues, tanto la asistencia como las nuevas tecnologías deben tener entre sus objetivos que esa condición no implique diferencias significativas respecto al resto de la población.
Precisamente ese fue uno de los ejes de la Jornada de Humanización y Excelencia en la Gestión Sanitaria, celebrada recientemente en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander) con la colaboración de Abbott, entre otras entidades, donde se intercambiaron experiencias sobre cómo hacer mejor la vida de los pacientes en un sentido amplio de la palabra, más allá de las cuatro paredes de la consulta.
Ahí se presentó el proyecto Care4Diabetes, que busca capacitar a las personas con diabetes tipo 2 para que asuman un papel activo en el manejo de su condición, basándose en un programa desarrollado durante una década por la ONG holandesa Voeding Leeft, en el que participan una docena de países, entre ellos España.
El proyecto cuenta con el apoyo de médicos, enfermeras, nutricionistas y psicólogos, entre otros sanitarios, y consiste en la promoción de cambio de estilos de vida para las personas con diabetes tipo 2. Está demostrado que incidir en la nutrición, actividad física, la relajación y buenos hábitos de sueño, que ya de por sí contribuyen a una mejor salud en la población general, tienen el efecto añadido de mejorar los niveles de glucemia. Esto se podría traducir además en un menor consumo de fármacos, lo que a su vez redundaría en un menor gasto para el sistema.
Cambiar hábitos es sin duda de las cosas más complicadas en esta vida, y exige educación, fuerza de voluntad y estímulos. Por ejemplo, en el programa, los sistemas de monitorización de glucosa tienen muy buena acogida por parte de los participantes, ya que de manera muy gráfica les permiten ver cómo están sus niveles de glucemia y por tanto ajustar sus hábitos de vida correctamente.
No hay nada más motivador para el paciente que ver que los cambios que realiza en su actividad física o en su alimentación se traducen casi a tiempo real en una mejoría de sus perfiles de glucosa. Este efecto ayuda a favorecer la adherencia al estilo de vida sano que se les ha propuesto.
Además, las nuevas tecnologías, en concreto la monitorización continua de glucosa, también pueden aportar información en tiempo real a los médicos para ayudarles a dejar de prescribir con más seguridad y pertinencia la medicación que ya no hace falta en aquellos pacientes que hayan respondido a una mejoría del estilo de vida. Y además esto se puede hacer de forma dinámica, con un seguimiento telemático de los pacientes.
Está previsto que los sanitarios trabajen de forma intensiva durante seis meses con los voluntarios de Care4Diabetes para que adquieran diferentes conductas que contribuyan a una mejor alimentación, mejor gestión del estrés y un sueño más reparador, entre otros hábitos saludables.
Por ejemplo, se les guía para que, dentro de una alimentación variada, prioricen las grasas naturales, tengan cuidado con los azúcares y féculas, y también para que interioricen el ejercicio como una práctica diaria. Posteriormente, se hará una fase de seguimiento durante otros seis meses para reforzar la continuidad de los hábitos e identificar las posibles barreras.
En este proyecto europeo, los diferentes servicios sanitarios de las comunidades autónomas y de los diferentes países se han comprometido a incluir este tipo de programas en su cartera de servicios si los resultados son positivos y si se consideran aplicables en la atención médica en vida real.