Según un estudio de Oticon
La pérdida auditiva no tratada tiene consecuencias que van más allá del aislamiento social
La pérdida auditiva no tratada o tratada de forma inadecuada puede provocar consecuencias negativas en el cerebro y afectar a las personas que la sufren en diferentes aspectos de la vida diaria. Así, entre los principales problemas que puede generar se sitúa el aislamiento social. Este es uno de los trastornos sobre el que existe mayor sensibilización.
De hecho, según el estudio «Inteligencia auditiva: la importancia de la audición”, realizado por Oticon, el 80% de los españoles asocia la pérdida auditiva con problemas de comunicación y el 60% a aislamiento social. De hecho, más de la mitad de la población considera que una pérdida auditiva afectaría en mayor medida a sus relaciones sociales y familiares. Pero las consecuencias en la salud de la pérdida auditiva van mucho más allá.
La pérdida de la audición tiene como consecuencia un equilibrio deficiente con mayor riesgo de caídas, el deterioro cognitivo acelerado, la demencia y el Alzheimer. “Estas personas llegan a un punto en que evitan las reuniones en determinados lugares, como cafeterías, comidas familiares o en sitios donde muchas personas hablan a la vez, porque no pueden hacer frente a los entornos sonoros complejos, lo que aumenta el riesgo de soledad, aislamiento social y depresión”, indica José Luis Blanco, jefe de Audiología de Oticon.
Además, debido a que su cerebro tiene que hacer mayor esfuerzo para percibir lo que hay a su alrededor y le falta información del habla, tiene una mayor carga mental, que puede favorecer la aceleración del deterioro cognitivo al afectar a la capacidad para recordar, aprender, concentrarse y tomar decisiones.
“Es por eso que la pérdida auditiva no tratada y que aparece a media edad, es el mayor factor de riesgo evitable de padecer demencia”, comenta. En este sentido, llama la atención que los más jóvenes, con un 16,2%, sean los más conscientes del riesgo de demencia asociado a pérdida auditiva, situándose así por encima de la media nacional (14,6%), según el estudio de Oticon.
“Nuestro cerebro necesita tener acceso completo a la realidad sonora del entorno para que pueda funcionar de forma correcta. Por ello, las personas con pérdida auditiva, que tienen un acceso limitado al sonido, si no reciben tratamiento tienen más dificultad para orientarse en el entorno y para concentrarse en lo importante, lo que hace que tengan menos recursos mentales para realizar otras tareas”, explica José Luis Blanco.
Pasos para evitar las consecuencias de la pérdida auditiva
En el caso de identificar signos de pérdida auditiva tanto en uno mismo como en una persona del entorno, lo más importante es hacerse una prueba auditiva. “Lo mejor es recibir asesoramiento por parte de un profesional especializado que oriente sobre el tratamiento más adecuado en función del tipo de pérdida auditiva. De esta forma, conseguiremos mantener, no solo la audición, sino un cerebro activo por mucho más tiempo”, aconseja Blanco.
Este profesional especializado en audición realizará una evaluación y orientará sobre la mejor solución a seguir, de manera que se puedan evitar problemas en la calidad de vida.