En nuestra sociedad, la obesidad se percibe, en muchos casos, como una cuestión de falta de voluntad o autocontrol por parte del individuo. Esta visión simplista y poco compasiva de esta enfermedad, en cuyo desarrollo influye una variedad de factores biológicos, genéticos, psicológicos y socioeconómicos, supone un grave problema para las personas que sufren obesidad. Y es que, enfrentan discriminación y estigmatización, lo cual puede llevar a sentimientos de vergüenza, baja autoestima y aislamiento social. Este estigma puede manifestarse en diferentes aspectos de la vida diaria, desde el ámbito laboral hasta las interacciones cotidianas, incluyendo las visitas médicas.

obesidad

Y es que, en el entorno médico, es lamentablemente común que los pacientes con obesidad sean tratados de manera deshumanizada. Muchos médicos pueden caer en la trampa de emitir juicios rápidos y superficiales, atribuyendo la obesidad únicamente a hábitos alimenticios poco saludables y falta de ejercicio, sin tener en cuenta la complejidad de esta condición. El uso de dietas estandarizadas y genéricas, sin tener en cuenta las necesidades individuales y el contexto de vida del paciente, es un ejemplo claro de esta falta de humanización en la atención médica. Así lo denuncia Federico Luis Moya, director ejecutivo de ABHispalis Nacional y paciente de obesidad. “Principalmente, una de las barreras es la estigmatización hacia las personas que viven con obesidad por parte de los profesionales de la salud. Por ejemplo, cuando abrimos la puerta de una consulta, algunos simplemente abren un cajón, nos dan una dieta fotocopiada y nos dicen que comamos menos y caminemos más”, lamenta.

Para abordar esta problemática, es crucial que tanto la sociedad como los profesionales de la salud adopten un enfoque más compasivo y empático hacia las personas con obesidad. Esto implica reconocer la diversidad y complejidad de factores que contribuyen a la obesidad. Además, es fundamental que los médicos se eduquen sobre los estigmas y prejuicios asociados con la obesidad, y se esfuercen por brindar un cuidado centrado en el paciente, que respete su dignidad y valore su experiencia única.

Así, en lugar de recetar soluciones simplistas y unilaterales, es importante que los médicos trabajen en colaboración con los pacientes para desarrollar planes de tratamiento personalizados y culturalmente sensibles que tengan en cuenta sus necesidades, preferencias y circunstancias individuales. Esto puede implicar la derivación a especialistas en nutrición, psicología y otros profesionales de la salud, así como la exploración de enfoques multidisciplinarios que aborden tanto los aspectos físicos como emocionales de la obesidad. Por tanto, a la hora de atender a la persona con obesidad, los profesionales de la salud deben tener en cuenta todas las esferas que implica este abordaje y que son: la esfera mental, mecánica, metabólica y socioeconómica.

Esta falta de humanización es, precisamente, un desafío creciente en España. Nuestro país es uno de los países europeos en el que más personas padecen obesidad. Se estima que un 37,8% de la población española tiene sobrepeso y el 16% obesidad.

Con el objetivo de identificar deficiencias en la atención que reciben las personas que viven con obesidad y proponer mejoras para abordar la obesidad de manera más integral, la Fundación Humans ha desarrollo del Informe HASPO: Humanización de la Atención Sociosanitaria a la Persona que vive con Obesidad. El objetivo del grupo multidisciplinar de expertos que lo ha elaborado ha sido identificar, desde distintas perspectivas, cuáles son actualmente las carencias y necesidades en la aproximación a las personas que viven con obesidad en España para, una vez analizadas, realizar propuestas de mejora que permitan abordar las dimensiones de la humanización y que estas reviertan a favor de las personas y su entorno, así como de los profesionales de la salud y los gestores sanitarios; en definitiva, de la sociedad.