La enfermedad de Paget es una dolencia inflamatoria crónica de origen desconocido por la cual algunas zonas del hueso aumentan anormalmente de tamaño y se vuelven más frágiles. El trastorno puede afectar a cualquier hueso, si bien es más frecuente en la pelvis, el fémur, el cráneo, la tibia, la columna vertebral, la clavícula y […]
Enfermedad de Paget
La enfermedad de Paget es una afección crónica que afecta la remodelación normal del hueso, un proceso que es esencial para mantener la salud y la fortaleza óseas. En condiciones normales, el hueso viejo es eliminado (un proceso llamado resorción) y reemplazado por tejido óseo nuevo (un proceso conocido como formación ósea). Este ciclo de renovación ósea permite que el esqueleto humano conserve su integridad estructural y funcional a lo largo de la vida.
Sin embargo, en la enfermedad de Paget, este proceso se descontrola, resultando en un crecimiento óseo anormal y desorganizado. El resultado es que los huesos afectados se vuelven más grandes y densos, pero a la vez son más frágiles y propensos a fracturas. Estos huesos también pueden desarrollar deformidades y aumentar el riesgo de complicaciones como dolor óseo, artritis en las articulaciones cercanas, y un mayor riesgo de fracturas.
La causa exacta de la enfermedad de Paget es desconocida, pero se cree que una combinación de factores genéticos y ambientales podría desempeñar un papel en su desarrollo. Aproximadamente el 10%-30% de las personas con la enfermedad tienen antecedentes familiares, lo que sugiere un componente hereditario.
Además, algunas investigaciones han planteado la posibilidad de que infecciones virales crónicas puedan influir en su aparición, aunque esto no está definitivamente comprobado. La enfermedad de Paget puede afectar uno o varios huesos, pero no se extiende a todo el esqueleto. Los huesos más comúnmente afectados incluyen la pelvis, el fémur, la tibia, las vértebras, el cráneo, y el húmero.