Insuficiencia cardiaca

La insuficiencia cardiaca es una afección crónica en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo. Esto ocurre porque el corazón ha perdido parte de su capacidad de contracción o no se llena adecuadamente de sangre. Como resultado, los órganos y tejidos no reciben suficiente oxígeno y nutrientes, lo que provoca una serie de síntomas y complicaciones.

Existen dos tipos principales de insuficiencia cardiaca:

– Insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida (IC-FEr): Ocurre cuando el músculo cardíaco está debilitado y no puede bombear con suficiente fuerza.

– Insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada (IC-FEp): En este caso, el corazón puede bombear normalmente, pero sus cámaras están rígidas y no se llenan adecuadamente de sangre.

En ambas formas, el flujo sanguíneo es insuficiente y el cuerpo intenta compensar aumentando el tamaño del corazón o el ritmo cardíaco, lo que a largo plazo sobrecarga el corazón y empeora la insuficiencia.

Suele ser la consecuencia de otras enfermedades cardiacas, como el infarto de miocardio, la hipertensión no controlada, las enfermedades de las válvulas cardíacas o las cardiopatías congénitas. Los síntomas más comunes incluyen fatiga, dificultad para respirar (disnea), hinchazón en piernas y tobillos (edema), y acumulación de líquido en los pulmones.

Es una enfermedad grave y progresiva, pero con un tratamiento adecuado se puede mejorar la calidad de vida y ralentizar su evolución.