Una respuesta global y unitaria
Poner fin a la discriminación en los centros de atención sanitaria
La discriminación en la atención sanitaria está tristemente extendida en todo el mundo y adopta muchas formas. Supone una violación de los derechos humanos más fundamentales y afecta tanto a los usuarios de los servicios de salud como a los trabajadores sanitarios, sobre la base de cuestiones como el origen étnico, la orientación sexual, los estereotipos de género nocivos, la situación de asilo o migración, los antecedentes penales y otros prejuicios y prácticas.
La discriminación socava los compromisos mundiales con el logro de la cobertura sanitaria universal y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Mina la inversión en los sistemas de salud, inhibe a las personas de acceder a los servicios de salud o de solicitar dichos servicios y divide a las personas, menoscaba su autonomía y las priva de su dignidad básica.
La discriminación también afecta a los determinantes sociales de la salud. Para muchas personas, la interacción con el sistema de salud es su única conexión con una institución estatal, lo que configura directamente su experiencia como ciudadano y, con demasiada frecuencia, refuerza su exclusión de la sociedad.
En la Declaración conjunta de las Naciones Unidas para poner fin a la discriminación en los centros de atención de la salud, formulada por Margaret Chan, ex directora general de la OMS, y Michel Sidibé, director ejecutivo del ONUSIDA, y refrendada por los jefes de la OIT, la OIM, la ACNUDH, el PNUD, la UNESCO, el UNFPA, el ACNUR, el UNICEF, ONU-Mujeres y el PMA se hace un llamamiento a los asociados para que se comprometan a poner fin a la discriminación en los centros de atención de la salud mediante la acción conjunta y coordinada.
En la Declaración se establecen tres prioridades:
1. La discriminación no se produce en un contexto vacío. Los trabajadores sanitarios y sus propios derechos están en el centro de esta agenda, ya que los derechos laborales, las condiciones de trabajo y las desigualdades de género están inextricablemente relacionadas con la lucha contra la discriminación en los centros de atención de la salud y con una fuerza de trabajo sanitaria mayoritariamente femenina. Debemos ir más allá de una narrativa unidireccional con arreglo a la cual los trabajadores sanitarios son quienes ejercen discriminación y reconocer la importancia de apoyar a los trabajadores no solo en el desempeño de sus funciones y responsabilidades, sino también en la reivindicación de sus derechos.
2. Es fundamental contar con una base sólida de pruebas y marcos jurídicos robustos para promover la rendición de cuentas en materia de discriminación en la atención sanitaria. Con todo, muy frecuentemente las leyes contradicen la base de pruebas. Debemos trabajar para poner las leyes en consonancia con las pruebas establecidas en materia de salud pública y las normas de derechos humanos.
3. Es necesario abordar las causas subyacentes a la discriminación en el sistema de salud y fuera de él. Esto solo se puede lograr trabajando en los distintos sectores y organismos y colaborando más activamente con las organizaciones de la sociedad civil que representan a los trabajadores sanitarios y a las comunidades afectadas. Los gobiernos, los organismos y los líderes comunitarios deben unirse y declarar inaceptable la discriminación en la asistencia sanitaria.
En febrero de 2017, nueve países pusieron en marcha una nueva red para promover la calidad, la equidad y la dignidad en la atención de la salud y promover el intercambio entre países y la planificación en materia de calidad asistencial. La red está impulsando los esfuerzos de los países por promover la calidad de la atención, especialmente para las madres en comunidades marginadas, y generando importantes enseñanzas para otros países que luchan contra tasas elevadas de mortalidad neonatal.
Aunque muchos asociados de la OMS y de fuera de ella ya están trabajando para hacer frente a la discriminación en los centros de atención de la salud, esta agenda pretende armonizar estos esfuerzos en el marco de una agenda común. Mientras seguimos avanzando hacia la cobertura sanitaria universal, la discriminación será una importante cuestión transversal que requerirá una respuesta global y unitaria.
En respuesta a este llamamiento, en noviembre de 2017 se celebrará el Cuarto Foro Mundial sobre Recursos Humanos para la Salud, que ofrecerá una oportunidad para sacar adelante esta agenda y profundizar en los derechos, funciones y responsabilidades de los trabajadores sanitarios. Esperamos que se unan a nosotros en la promoción de esta visión común de un mundo sin discriminación en la atención de la salud.
Artículo firmado conjuntamente por:
- Jim Campbell, director del Departamento de Personal Sanitario de la OMS.
- Gottfried Hirnschall, director del Departamento de VIH/Sida y del Programa Mundial contra la Hepatitis de la OMS.
- Veronica Magar, jefa del Equipo para la Transversalización del Género, la Equidad y los Derechos Humanos de la OMS.