En España convivían en 2020 un total de 4,32 millones de personas mayores de cinco años con algún tipo de discapacidad, un 14% más que en 2008. Así lo muestran los resultados de la ‘Encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia 2020’ (EDAD 2020) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en la que se observa que los problemas de movilidad constituyen el tipo de discapacidad más frecuente.

Del total de personas mayores de cinco años con discapacidad, 2,55 millones eran mujeres –un 11,9% más–, para una tasa de discapacidad de 112 casos por 1.000 habitantes en la población femenina, y 1,77 millones eran varones –un 17,1% más–, estableciéndose la tasa de discapacidad en la población masculina en 81,2 casos por cada 1.000 habitantes.

Como explica Luis Cayo Pérez Bueno, presidente del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), miembro de Somos Pacientes, “la discapacidad es una realidad en expansión y con rostro de mujer. Además, el entorno sigue siendo hostil para estas personas que padecen diariamente la falta de accesibilidad en la vivienda, la vía pública y los transportes. Y hay que destacar la necesidad de apoyar a las familias, que son los principales cuidadores”.

Mayoría de cuidadoras

La encuesta, cuarta publicada por el INE en los últimos 30 años –tras las de 1986, 1999 y 2008–, muestra que los problemas de movilidad se situaron como el tipo de discapacidad más común, con una tasa de 54 casos por 1.000 habitantes, siendo mayor en el caso de las mujeres (68,5) que en el de los varones (38,9). Además, el 55,7% de las personas con discapacidad presentaron dificultades importantes de movilidad, el 46,5% tenía problemas relacionados con la vida doméstica y el 31,6% con el cuidado personal. Unos porcentajes que se elevaron respectivamente al 65,1%, 64,5% y 48,5% en el colectivo con una edad igual a los 80 años o superior.

La cifra de personas que recibían algún tipo de ayuda técnica, personal o ambas se estableció en 3,3 millones (78,2% de las mujeres y 71,8% de los hombres). Y por lo que respecta al tipo de discapacidad, las personas con dificultades para el autocuidado y para realizar las tareas de la vida doméstica fueron las que más ayuda recibieron (90%), seguidas de las personas con dificultades de aprendizaje (80%).

Por su parte, cerca de la mitad de los mayores de cinco años con discapacidad recibieron cuidados o asistencia personal, en el 24,6% de los casos por personas residentes en su hogar, en el 12,1% por personas no residentes y en el 13% por ambos.

En este contexto cabe resaltar que el 63,7% de los cuidadores eran mujeres, siendo el perfil más frecuente el de una fémina con edades entre los 45 y 64 años (41%); y que el 49,7% de las personas con discapacidad receptoras de cuidados necesitaban ser atendido durante ocho o más horas diarias.

Asimismo, la mayoría de las personas cuidadoras eran familiares del receptor de la atención: la madre (59,3%) o el padre (10,5%) en las personas con discapacidad de 6 a 44 años; el cónyuge o pareja (48,1%), en aquellas con edades entre los 45 y los 79 años; y una hija (41,1%) o un hijo (18,0%) en aquellas de 80 o más años.

Educación y empleo

El 99,5% de los menores de 6 a 15 años con discapacidad se encontraba escolarizado en el momento de la entrevista, el 58,7% en un centro ordinario recibiendo apoyos personalizados, el 20,8% en un centro ordinario sin recibir ningún tipo de apoyo personalizado, y el 19,3% en un centro de educación especial.

Por los que refiere al empleo, la cifra de personas con discapacidad en edad de trabajar en 2020 ascendió a 1,58 millones, de los que solo 369.000 –23,7% de los hombres y 23,5% de las mujeres– eran laboralmente activos: un 88% asalariados y un 10,6% trabajadores por cuenta ajena.

Asimismo, y entre otros resultados, la encuesta muestra que 1,4 millones (34%) de las personas con discapacidad manifestaron tener dificultades para desenvolverse con normalidad en su vivienda o en los accesos o interior de su edificio, siendo las mujeres quienes indicaron tener más problemas –38%, por un 28,4% de los varones–, especialmente aquellas de más edad. El principal problema estribaba en el portal del edificio, escaleras y garaje (24,6%).

En la misma línea, 1,5 millones de personas aseguró tener problemas para desenvolverse en edificios públicos o en el entorno urbano más próximo, el 42,2% de las cuales tenía más de 80 años, mientras que el 43,8% experimentó dificultades en el transporte, tanto público como privado.

Finalmente, el 39,4% de las personas con discapacidad tuvo condicionado su acceso a las nuevas tecnologías (41,1% mujeres y 37% hombres), una dificultad que aumentó con la edad.

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