En todos los países de la Unión Europea en un plazo máximo de 3,5 años
Las advertencias sobre los perjuicios del tabaco ocuparán el 65% de las cajetillas
Los ministros de Sanidad de los 27 estados miembros de la Unión Europea acordaron la pasada semana incrementar, desde el 40% actual hasta un 65%, la superficie destinada a las advertencias sobre los riesgos de fumar –en la que se combinan texto e imágenes– en las cajetillas de tabaco que se venden en el territorio de la UE.
La nueva normativa, según ha explicado Tonio Borg, “entrará en vigor en un plazo máximo de tres años y medio”.
No a los cigarrillos de sabores
Además, los estados miembros podrán introducir reglas más estrictas sobre el empaquetado, caso de las denominadas ‘cajetillas genéricas’, en sus directivas nacionales –si bien deberán notificarlo previamente a la Comisión Europea– y se prohibirán los cigarrillos con sabores, caso de aquellos que, como los mentolados o con gusto a fresa o vainilla, han surgido en los últimos años para hacer el tabaco más atractivo, sobre todo para los jóvenes.
En palabras de Pilar Farjas, secretaria general de Sanidad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, “se trata de garantizar que el tabaco es tabaco, se parece al tabaco y sabe como el tabaco. Así, con la nuevas normas se permite realmente apostar por una reducción del 2% en el consumo de tabaco y, por ende y como se ha puesto de manifiesto en España, por una mejora en la salud de los ciudadanos”.
La salud por encima de la economía
La propuesta inicial de la Comisión Europea era aumentar la superficie de las advertencias hasta un 75% de las cajetillas, propuesta finalmente desestimada para poder alcanzar la aprobación de la nueva normativa.
Y es que, incluso con un incremento hasta el 65% de la superficie de las cajetillas, la propuesta fue rechazada por Polonia, República Checa, Rumanía y Bulgaria, cuyos ministros de Sanidad votaron en contra alegando que la norma perjudicará a su industria y a sus agricultores. Pero como les respondió James Really, ministro de Sanidad de Irlanda –país que ocupa la presidencia de la UE–, “no debemos sacrificar la vida de nuestros niños por los intereses de nuestra industria”.
Cada año, en torno a 700.000 europeos mueren por enfermedades relacionadas con el tabaco.