La AGP llevará al Congreso su ‘Manifiesto de los Pacientes ante los recortes sanitarios’
Los pacientes denuncian que los recortes cierran el acceso a tratamientos innovadores
La Alianza General de Pacientes (AGP) ha presentado el ‘Manifiesto de los Pacientes ante los recortes sanitarios‘, documento en el que recoge sus principales preocupaciones ante la actual situación del Sistema Nacional de Salud (SNS). Un documento que entregará a la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados y en el que denuncia que los recortes que están llevando a cabo tanto el Gobierno como las Comunidades Autónomas están impidiendo, entre otras consecuencias, el acceso a las nuevas terapias más innovadoras.
En palabras de Alejando Toledo, presidente de la AGP y de la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (Federación ALCER), miembro de Somos Pacientes, «entendemos que la situación es difícil y que se deben hacer recortes, pero hay que pedir a los gobiernos que prioricen; y es que la vida de las personas y la salud deben ser lo primero, por encima de intereses económicos».
Sin acceso a los tratamientos
Las políticas de austeridad ya están afectando a todos los colectivos de pacientes. Sin embargo, la situación es especialmente preocupante en algunas áreas específicas, en las que, caso de la hepatitis C o la anticoagulación, «se están produciendo dificultades y trabas en el acceso a los tratamientos considerados más innovadores», denuncia Alejandro Toledo.
Como apunta Luciano Arochena, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN), miembro de Somos Pacientes, «en algunas comunidades nos han comunicado que no hay dinero para pagar los nuevos tratamientos».
El problema es que los gestores y decisores sanitarios solo atienden al coste inmediato del medicamento, ignorando el ahorro que, a largo plazo, puede derivarse de su administración. «Es el caso, por ejemplo, de los nuevos anticoagulantes que están siendo aprobados en otros países que, aunque son más caros, también son más efectivos y no requieren que el paciente se someta a tantos controles, lo que genera un ahorro a largo plazo«, explica Arochena.
Igualmente preocupante es la situación de los pacientes con hepatitis C, a los que, como denuncia Carmen Varela en representación de la Asociación Catalana de Enfermos de Hepatitis (ASSCAT), miembro de Somos Pacientes, «se niega el acceso a una nueva terapia cuya eficacia está contrastada únicamente por motivos económicos». «Es indignante que después de estar pagando a la Seguridad Social durante tanto tiempo me digan que mi tratamiento es caro. Así, deberé esperar a desarrollar una cirrosis o a necesitar un trasplante para poder ser tratada», concluye Varela.
Desigualdades entre comunidades
La situación actual «es insostenible», resume Alejandro Toledo, quien informa que «ya se están dando casos de pacientes que optan por vender su medicación para poder comer; y si bien puede parecer alarmista, puede ser el principio de algo mayor dadas las tasas de pobreza que ya hay en España, por lo que hay que pararlo ya».
Es más; cada comunidad autónoma está tomando sus propias medidas para hacer frente a la crisis, lo que está provocando «enormes desigualdades territoriales en el tratamiento de una enfermedad, situación que a largo plazo dará lugar a ciudadanos de primera o segunda en función de donde se viva», recuerda Alejandro Toledo.
Para paliar esta falta de equidad, como indica Emilio Iglesia, vocal de Europacolon España, miembro de Somos Pacientes, debe exigirse que «el mejor tratamiento que exista para cada enfermedad se extienda por igual a todas las comunidades y, asimismo, debe requerirse a la clase política que, de una vez por todas, haga un esfuerzo para llegar ya a un Pacto por la Sanidad«.
‘Gesto de alerta’
El manifiesto, en definitiva y como recuerda Enrique Sánchez de León, presidente de la Fundación de Ciencias del Medicamento y Productos Sanitarios (FundaMed) y ex titular del actual Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, «constituye un gesto de alerta ante la situación actual, propiciada por una corrupción política generalizada«. «Soy muy escéptico de que se estén haciendo las cosas con finura, pero no sé si los políticos tienen tiempo y sensibilidad para ocuparse de los problemas de la sanidad«, añade.