El daño a los pacientes es una de las diez primeras causas de muerte y discapacidad
Primer Día Mundial de la Seguridad del Paciente
La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo, considera necesario potenciar iniciativas en todos los ámbitos asistenciales para mejorar la seguridad del paciente, tanto en la atención hospitalaria como en la atención primaria, ambulatoria y domiciliaria. Así lo ha afirmado en la jornada ‘Compartiendo prácticas seguras en el Sistema Nacional de Salud’, celebrada en Madrid con motivo del primer Día Mundial de la Seguridad del Paciente (17 de septiembre).
“La seguridad del paciente es una dimensión de la calidad asistencial transversal a todas las políticas y programas de salud”, ha insistido la ministra. En esta línea ha recordado que desde el año 2005 el Ministerio desarrolla la Estrategia de Seguridad del Paciente en colaboración con las asociaciones de pacientes, las administraciones autonómicas y las sociedades científicas.
En dicho marco se han desarrollado programas y actividades para promover el uso seguro de los medicamentos en todos los niveles asistenciales, prevenir y controlar las infecciones asociadas a la asistencia y mejorar la seguridad en ámbitos específicos. Un ejemplo son los proyectos zero en las UCI, que han conseguido reducir la tasa de neumonías asociadas a la ventilación mecánica y de bacteriemias asociadas a catéter central en torno a un 50%.
También se desarrollan campañas de concienciación sobre la higiene de manos con las comunidades autónomas desde 2008 y cuyo dato de cumplimiento está en alrededor del 45%.
En la pasada Asamblea Mundial de la OMS, 194 países, entre ellos España, reconocieron la seguridad del paciente como una prioridad, se aprobó una resolución de “Acción global en la seguridad del paciente” y la celebración del Día Mundial el 17 de septiembre.
La OMS estima que cada año se pierden en el mundo 54 millones de años de vida ajustados por discapacidad debido a la atención sanitaria y el daño a los pacientes, debido a eventos adversos, es una de las diez primeras causas de muerte y discapacidad.
Además, en los países de la OCDE se ha estimado que hasta el 15% del gasto hospitalario se puede atribuir al tratamiento derivado de daños asociados a la asistencia.