Precarización y falta de recursos acrecentadas durante la crisis
Salud mental y COVID-19: un año de pandemia
La Confederación SALUD MENTAL España, miembro de Somos Pacientes, ha puesto en marcha la campaña ‘Salud mental y COVID-19. Un año de pandemia’ para, transcurridos 12 meses desde la declaración del Estado de Alarma, visibilizar cómo ha afectado la pandemia a la salud mental de la población de nuestro país y proponer medidas que ayuden a la mejorarla y, en consecuencia, a la reconstrucción tanto social como económica.
Como alerta Nel González Zapico, presidente de la Confederación, “hay una precarización y falta de recursos que, además, se ha acrecentado durante la pandemia. La salud mental de la población ha caído en picado y debajo no hay red”.
Más estrés y ansiedad
La campaña, financiada por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y Fundación ONCE, gira en torno a la manifiesto ‘Salud mental y COVID-19. Un año de pandemia’, en el que se recogen la principales reivindicaciones y propuestas de SALUD MENTAL España; y un documento en el que se recogen los resultados de distintas investigaciones en pandemia, las distintas acciones llevadas a cabo por la Confederación para ayudar y apoyar a la población y a algunos sectores profesionales en la gestión emocional, y sus principales demandas a las administraciones públicas.
Como explica SALUD MENTAL España, “en estos 12 meses la incertidumbre, el miedo, los fallecimientos, las pérdidas de empleo, el propio confinamiento y la convivencia ininterrumpida, o la soledad, son algunas de las situaciones que han hecho merma en la salud mental de la población, especialmente en las personas con menos recursos económicos”.
De hecho, y de acuerdo con los datos publicados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el porcentaje de personas de ‘clase baja‘ que se han sentido decaídas, deprimidas o sin esperanza durante la pandemia prácticamente duplica –un 32,7% frente a un 17,1%– al de aquellas que se identifican con la ‘clase alta’. Además, la prescripción de psicofármacos, de un 3,6% en la clase alta, se eleva a un 9,8% en la baja.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los problemas de salud mental se han incrementado en Europa durante la pandemia, observándose un claro aumento en los niveles de ansiedad y estrés hasta el punto de que cerca de un tercio de la población adulta –y hasta un 50% de los jóvenes– reporta niveles de angustia.
Mayor inversión
Afrontar las carencias en salud mental en nuestro país pasa, como ya demandó SALUD MENTAL España en la última edición del Día Mundial de la Salud Mental, por una mayor inversión: “Apremiamos a las administraciones a que acometan políticas y medidas que impliquen una mayor inversión en recursos materiales, tecnológicos y profesionales para asegurar el acceso a una atención en salud mental universal y pública”, destaca González Zapico. “Si la pandemia ha demostrado algo es que la salud mental es cosa de todos y todas y que puede afectar a cualquiera, por lo que aseveramos que es más urgente que nunca prestarle la atención que merece si queremos lograr realmente una reconstrucción social y económica”.
En la misma línea, la Confederación apela en su manifiesto a adoptar medidas transversales y desde una perspectiva de género que garanticen no solo una atención pública y universal, sino también un modelo de atención comunitario, personalizado y adaptado a las necesidades de cada persona. Un modelo para el que se requiere de mayor inversión en profesionales, instalaciones y tecnología, así como de un plan de coordinación para el trabajo en red de administraciones públicas, servicios de atención y otras organizaciones especializadas en salud mental.
– A día de hoy, 330 asociaciones de pacientes dedicadas a los trastornos mentales son ya miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?