La hepatitis es una inflamación del hígado de carácter agudo o crónico (duración superior a los 6 meses) producida por diversos factores: una infección vírica o bacteriana, una reacción autoinmune o un consumo de sustancias tóxicas, caso del alcohol o de medicamentos. La inflamación puede conllevar una destrucción de las células hepáticas y una dificultad de excreción de la bilis.

Por lo general, la hepatitis es el resultado de una infección por uno de los cinco virus actualmente identificados: A (la enfermedad es asintomática en la inmensa mayoría de las ocasiones); B (puede causar una infección crónica que derive en cirrosis hepática, cáncer de hígado e insuficiencia hepática); C (el 75% de las infecciones tienen un carácter crónico, pudiendo derivar en cirrosis hepática, cáncer de hígado e insuficiencia hepática); D (sólo se presenta en pacientes con hepatitis B, en los que agrava la infección por el virus B); y E (similar a la hepatitis A, se ha detectado únicamente en los países en vías de desarrollo).