El lupus eritomatoso es una enfermedad autoinmune de carácter crónico que afecta al tejido conjuntivo y resulta más frecuente en mujeres. Caracterizado principalmente por la inflamación y daño de tejidos, afecta principalmente al aparato reproductor, las articulaciones, la piel, los pulmones, los vasos sanguíneos, los riñones, el hígado y el sistema nervioso. El curso de la enfermedad es impredecible, con periodos de crisis alternados con fases de remisión.

Los síntomas generales asociados con la enfermedad son cansancio, malestar general, fiebre, anorexia, pérdida de peso, dolores articulares y musculares y fatiga física. Hasta un 65% de los pacientes presenta lesiones cutáneas en algún momento de su vida, por lo general erupciones en las mejillas y el puente de la nariz (eritema malar). La pérdida de pelo es irregular, y mientras en los pacientes con lupus eritematoso sistémico vuelve a crecer, en aquellos con lupus eritematoso discoide la pérdida es definitiva.