En nuestro país hay más de 23 millones de personas (prácticamente la mitad de la población) que padecen algún tipo de enfermedad neurológica, alcanzando una prevalencia de un 18% más que la media global. Y un 1,7% más que la media de nuestros vecinos europeos, donde el perfil de edad de la población y sus hábitos de vida es más parecido al español.

Enfermedades Neurológicas

Así lo asegura un estudio publicado por Lancet Neurology: ‘Global, regional and national burden of disorders affecting the nervous system, 1990-2021: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2021‘, que ha sido elaborado por el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington. El equipo que ha trabajado en este informe ha realizado un análisis exhaustivo de los datos recogidos en 204 países por el Global Burden of Disease desde 1990 hasta 2021 con el fin de profundizar sobre el impacto de las enfermedades neurológicas en la salud mundial.

Abarca eventos como el ictus, la migraña, el alzhéimer y otras demencias, la encefalopatía neonatal, la neuropatía diabética, la epilepsia o la meningitis. También las complicaciones neurológicas debidas al nacimiento prematuro, los trastornos del espectro autista y los tumores del sistema nervioso.

Teniendo esto en cuenta, el documento explica que sólo en 2021, los años vividos con alguna discapacidad provocada por una enfermedad neurológica, acumulados entre todos los pacientes de España, sumaron un millón de años. Y los años de vida perdidos, más de medio millón.

A nivel mundial, estas patologías afectaron a más de 3.400 millones de personas, más del 43% de la población mundial. En el año estudiado fueron responsables de unos 11 millones de fallecimientos y de más de 168 millones de años vividos con discapacidad.

La opinión de la SEN

En relación a este estudio, el presidente de la Sociedad Española de Neurología, Jesús Porta-Estessam, ha asegurado que la carga económica y social de las enfermedades neurológicas había sido subestimada hasta el momento y que, además, va en aumento.

«Son ya la principal causa de años de vida ajustados por discapacidad en todo el mundo, así como de años de vida perdidos. Por eso, es crucial implementar estrategias eficaces de prevención, tratamiento y rehabilitación para abordar los trastornos que afectan al sistema nervioso», ha comentado.

Desde su punto de vista, no todos los casos están vinculados al envejecimiento de la población, aunque el aumento de la esperanza de vida ha tenido un impacto significativo en patologías como la enfermedad de Alzheimer, la de Parkinson o eventos como el ictus. «Necesitamos políticas de salud a nivel global que no sólo se enfoquen en prolongar la vida, sino también en minimizar la pérdida de salud debida a la discapacidad».

Precaución y prevención

El documento de la Universidad de Washington también estima la proporción de casos de enfermedades neurológicas que podrían ser potencialmente evitables si se controlan los factores de riesgo. Por ejemplo, la hipertensión es la causante de un 57,3% de los casos de ictus, y la diabetes repercute en un 15% de las demencias. Hábitos nada saludables como el tabaquismo se asocian a patologías como la esclerosis múltiple, las demencias o el ictus; y el consumo de alcohol aumenta el riesgo de padecer epilepsia, especialmente en los hombres. Finalmente, el 63% de los casos de discapacidad intelectual están asociados a la exposición al plomo.

«Saber que, por ejemplo, más del 84% de los casos de ictus son potencialmente prevenibles mediante la reducción de la exposición a 18 factores de riesgo ya identificados es sólo una muestra de la importancia que tiene intentar reducir la escasez de conocimiento que existe entre la población sobre los factores de riesgo para la salud cerebral», ha considerado el presidente de la SEN.

De hecho, desde esta sociedad científica se han puesto en marcha campañas relacionadas, como el siguiente decálogo, que también se puede descargar en este enlace.