No en vano, y como resultado tanto del envejecimiento progresivo de la población como del aumento de la incidencia de los principales factores de riesgo cardiovascular, la incidencia de la insuficiencia cardiaca en nuestro país ha aumentado un 30% en tan solo una década. Y, resalta la SEC, “se prevé que siga aumentando en los próximos años”.
En este contexto, y dada su gran prevalencia, debe atenderse al enorme coste sanitario asociado con la enfermedad. Y como apunta el doctor Nicolás Manito, presidente de la Sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la SEC, “la hospitalización por insuficiencia cardiaca supone el 70% del gasto sanitario de esta enfermedad; por tanto, la disminución de las tasas de rehospitalización de los pacientes constituye un reto para los profesionales”.
Tratamiento y trasplante
El tratamiento de la insuficiencia cardiaca difiere en función de su gravedad. Así, las opciones terapéuticas contemplan desde el control de los factores de riesgo a la realización de una angioplastia primaria o la implantación de un desfibrilador, pasando por la administración de fármacos vasodilatadores o de betabloqueantes.
Es más; “cuando todos estos tratamientos no funcionan, o cuando nos encontramos ante la insuficiencia cardiaca avanzada –supone el 10% de todos los casos–, la única opción terapéutica que nos queda es el trasplante cardiaco, ya que el corazón del paciente es incapaz de bombear sangre en un volumen adecuado por sí mismo; desgraciadamente, y tal y como muestra el Registro Español de Trasplante Cardiaco, el número de trasplantes de corazón se está estancando en los últimos años: 247 implantes en 2012 frente a los 354 del año 2000”, refiere el doctor Manito.
– A día de hoy, la Asociación de Enfermos del hospital 12 de Octubre de Madrid y la Asociación Síndrome de Marfan, asociaciones de pacientes dedicadas a la insuficiencia cardiaca, son ya miembros activos de Somos Pacientes. ¿Y la tuya?
