A pesar de sus consecuencias sobre la salud CV de los afectados, sobre todo en la HTA
Solo un 10% de los pacientes con apnea del sueño ha sido diagnosticado
En torno al 4-6% de los adultos y el 1-3% de la población infantil de nuestro país padece apnea del sueño. Sin embargo, y como han puesto de manifiesto los especialistas participantes en el ‘XIV Foro de Debate ‘Hot Topics’ en Apnea del Sueño’ organizado con la colaboración del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña y de la empresa Oximesa, solo uno de cada 10 afectados ha sido diagnosticado de la enfermedad y recibe un tratamiento específico y adecuado.
Todo ello a pesar de que la apnea del sueño, además de causar un importante deterioro de la calidad de vida de los pacientes, se asocia con importantes consecuencias para la salud, muy especialmente a nivel cardiovascular. De hecho, la apnea del sueño duplica, cuando no triplica, el riesgo de hipertensión arterial. Y distintos estudios han mostrado que el 80% de los pacientes con hipertensión arterial grave presentan apnea del sueño, así como que el tratamiento de la apnea conlleva una mejora significativa del control de la presión arterial.
Por todo ello, como apunta el doctor Ferrán Barbé Illa, del Servicio de Neumología del Hospital Universitari Arnau de Vilanova de Lleida, “la apnea del sueño debe ser considerada una enfermedad tan importante como la hipertensión arterial o la diabetes, ya que afecta a un número elevadísimo de personas y tiene destacadas consecuencias a nivel cardiovascular. Una apnea que, además, tiene un tratamiento eficaz”.
Factores de riesgo
Los principales factores de riesgo para el desarrollo de la apnea del sueño son el sexo masculino, tener una edad avanzada y, sobre todo, la presencia de obesidad. Y a ello se aúna, como recuerda el doctor Barré, “el consumo de tabaco, la ingesta de alcohol y la administración de pastillas para dormir”.
Y en este contexto, y con objeto de paliar el impacto de la apnea del sueño sobre la salud pública, los especialistas consideran que el modelo asistencial debe sustentarse en la organización en red y en la estratificación del riesgo del paciente.
Así, y como concluye el doctor Barré, “una vez identificado y diagnosticado el enfermo con apnea del sueño, y cuando ya se ha instaurado un tratamiento adecuado, se debe establecer un estricto seguimiento desde la Atención Primaria”.