Hace unos días se celebraba la jornada ‘Tu Dolor Importa‘, organizada por la Sociedad Española del Dolor (SED) en colaboración con Dolor.com, en la que se reunieron más de 130 personas afectadas por dolor crónico. Este evento, cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de vida de estos pacientes, ofreció herramientas prácticas, motivación y apoyo emocional, con un enfoque multidisciplinario y humano. Entre los temas tratados, se destacó la importancia del ejercicio físico, las relaciones sociales y la agilidad en los trámites administrativos para los afectados.

Uno de los puntos más relevantes de la jornada fue la relación entre el dolor crónico y la inactividad. Según los expertos, esta combinación puede llevar a una serie de complicaciones adicionales, como el debilitamiento muscular, la pérdida de densidad ósea, el aumento de peso y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Alexandra Alonso, fisioterapeuta especializada en el tratamiento del dolor crónico, presentó una serie de ejercicios sencillos que los pacientes pueden realizar en casa para prevenir estos problemas.

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Además, Alonso destacó que el ejercicio no sólo mejora la condición física, sino que también repercute positivamente en el bienestar mental. «El cuerpo libera endorfinas, las conocidas como ‘hormonas de la felicidad’, que actúan como analgésicos naturales y ayudan a mitigar la percepción del dolor», explicó. El movimiento regular también contribuye a desensibilizar el sistema nervioso, lo que reduce la sobreestimulación que a menudo sufren las personas con dolor crónico, y mejora la circulación sanguínea, favoreciendo la regeneración de los tejidos y reduciendo la inflamación.

El papel fundamental de las relaciones sociales

Por otro lado, la psicóloga especializada en dolor crónico Almudena Mateos abordó la importancia de mantener relaciones sociales activas. Durante su intervención, titulada ‘Salir de casa aunque duela’, subrayó que el aislamiento social puede intensificar la percepción del dolor y desencadenar pensamientos y emociones negativas que aumentan el sufrimiento. «Cuando una persona está sola, el estímulo más poderoso es el dolor, lo que lleva a que tanto los pensamientos como las emociones se tornen negativos. Las relaciones sociales aportan comprensión y distracción, mejoran la calidad de vida e influyen positivamente en el estado de ánimo», señaló Mateos.

La psicóloga insistió en que, a pesar de las dificultades físicas, es crucial para los pacientes salir de casa y mantener contacto con otras personas, ya que estos momentos de interacción permiten que, aunque sea por un breve periodo, los afectados no estén centrados exclusivamente en su dolor.

Por otra parte, la comunicación abierta dentro de la familia es esencial para gestionar el impacto del dolor crónico, ya que la incomprensión puede generar tensiones y frustraciones tanto en el paciente como en sus seres queridos. «Si no se comunica adecuadamente, corremos el riesgo de que algunos familiares se sientan sobrecargados o impotentes al no saber cómo ayudar, lo que puede llevar a conflictos o a una desconexión emocional», apuntó Mateos.

Los retos laborales y administrativos

Isabel López Ramos, abogada y paciente de fibromialgia, abordó el tema del impacto laboral del dolor crónico, así como los retos administrativos que enfrentan quienes padecen esta enfermedad. López Ramos subrayó que el dolor crónico puede afectar la capacidad de concentración, el desarrollo de tareas cotidianas y la posibilidad de cumplir con los horarios laborales, lo que pone en una situación de vulnerabilidad a muchos pacientes.

Además, abogó por la necesidad de adaptar los puestos de trabajo a las limitaciones de los pacientes, ya sea permitiendo descansos más frecuentes o flexibilizando las actividades que pueden realizar. «Nadie quiere abandonar su trabajo o su profesión de forma voluntaria, pero cuando esto ocurre es porque no queda otra opción», comentó.

Asimismo, López destacó la urgencia de agilizar los procedimientos administrativos relacionados con el reconocimiento de la discapacidad o la incapacidad laboral, pues los retrasos en estos trámites colocan a los pacientes en situaciones de precariedad económica. «Las administraciones públicas deben ofrecer información clara y detallada sobre los requisitos y plazos necesarios para cada procedimiento, ya que muchas veces los pacientes inician estos trámites desinformados y deben esforzarse enormemente para documentar y explicar su condición», concluyó la abogada.

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